viernes, abril 30, 2010

Psicología católica y abusos sexuales por parte del Clero .

Psicología católica y abusos sexuales por parte del Clero (2)
Entrevista con Gerard van den Aardweg

HAARLEM, viernes 30 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Si queremos afrontar el problema del abuso sexual por parte del clero, tenemos que volver a las enseñanzas de la Humanae Vitae, dice un psicoterapeuta católico holandés.

Gerard van den Aardweg ha trabajado como terapeuta durante casi 50 años, especializándose en casos de homosexualidad y en problemas conyugales. Ha enseñado en todo el mundo y escrito mucho sobre homosexualidad y la pedofilia, así como la relación de estos temas con otros temas: la atracción homoerótica en el sacerdocio, la Humanae Vitae, y los efectos de la paternidad homosexual.

Entre los libros que ha publicado este psicólogo destacan Battle for Normality: Self-Therapy of Homosexuality y On the Origins and Treatment of Homosexuality.

Van den Aardweg ha sido miembro del Comité Científico Asesor de la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad desde que esta organización fue fundada, en 1992. Es también el editor europeo de la revista Empirical Journal of Same-Sex Sexual Behavior.

La primera parte de esta entrevista se publicó ayer jueves.

--Volviendo a los problemas en el clero, ¿diría que el abuso ha aumentado porque hombres con tendencias preexistentes fueron admitidos en el sacerdocio, o hay factores que contribuyeron a este tipo de comportamiento con el paso del tiempo?

--Van den Aardweg: Un joven que es psicológica y emocionalmente maduro cuando se le admite en el seminario nunca acabará interesándose por la homosexualidad o la pedofilia. Si se siente excitado sexualmente y da rienda a sus sentimientos, buscará una mujer.

La "orientación" hacia niños o adolescentes en los sacerdotes que han abusado de los jóvenes nunca se ha originado durante los años de seminario o durante el sacerdocio.

En algunos casos, inicialmente puede haber sido más o menos latente, débil, pero siempre está esta laguna en sus sentimientos, la falta de sentimientos normales heterosexuales.

En determinadas circunstancias, al enfrentarse con jóvenes, o durante un período de desilusión o soledad, el dormido anhelo homosexual puede inflamarse.

Otros sacerdotes quizá siempre han sido conscientes de su atracción por los hombres, pero se las arreglan para vivir con ella sin exteriorizarla. Sin embargo, cada vez que se siente incapaz de hacer frente a las demandas o desilusiones de su profesión, en un mal momento podría comenzar ya sea hojeando revistas pornográficas - en nuestros días, en un sitio pornográfico en Internet - o empezar a consumir alcohol, a consolarse a sí mismo y entregarse a las fantasías sexuales, con lo que va de mal en peor.

La homosexualidad es más que un problema sexual.

Es parte de una variante más bien específica de la inmadurez de la personalidad, y entre sus síntomas más frecuentes están la falta de fuerza de carácter, la soledad interior, las dificultades para la formación de vínculos de amistad madura, la ansiedad y la depresión. Así, el estrés, en todas sus formas, puede debilitar la resistencia del hombre a entregarse a sus deseos.

Otros factores importantes que disminuyen el umbral de resistencia son la falta de apoyo personal y la dirección espiritual regular que tanto necesitan; la laxitud en la vida interior, espiritual, el abandono de la confesión regular, el mal ejemplo de otros sacerdotes en su entorno que llevan una doble vida, y el estar expuesto a teorías morales permisivas sobre la sexualidad en general y sobre la normalidad de la homosexualidad.

En este sentido, la actitud crítica de muchos teólogos y sacerdotes prominentes hacia el celibato y, sobre todo hacia la Humanae Vitae, ha sido un factor eficaz en el debilitamiento de la resistencia de muchos sacerdotes hacia conductas sexuales inadecuadas, seguramente en el caso de muchos con deseos homosexuales.

Como el Papa Pablo VI mismo explicaba en esta encíclica, disociar la sexualidad de la reproducción en la relación entre el hombre y la mujer tendría como consecuencia la aprobación de otras formas de sexo estéril como la homosexualidad.

Muchos de los escándalos sexuales que finalmente desencadenaron la reacción pública en los Estados Unidos, que está actualmente continuando en Europa, y que sirve de tan abundante material para la propaganda anti-católica, son una consecuencia lógica de décadas de rechazo abierto y de ignorar tácitamente la Humanae Vitae y la visión cristiana de la sexualidad que subyace en ella por parte de importantes sacerdotes, moralistas y obispos.

No se puede esperar que muchos sacerdotes y religiosos con debilidades, como los deseos homosexuales - y en ocasiones pedófilos - perseveren en su lucha interior por la castidad cuando constantemente escuchan decir que casi todo es correcto en la vida heterosexual, matrimonial o no: "¿Por qué debo ser el único al que no le está permitido sólo ocasionalmente darse un inocente placer sexual si no hace daño a nadie?".

--Los medios de comunicación rara vez se centran en el papel de la psicología en estos casos de abuso sexual, pero ¿no han estado por lo general los terapeutas implicados tanto en el tratamiento de sacerdotes agresores como en la asesoría a las autoridades de la Iglesia para tratar con estos problemas? ¿Qué diría usted sobre el papel de la psicología en estos casos?

--Van den Aardweg: A pesar de toda la crítica actual, no hay pruebas de que la mayoría de los casos de mala conducta sexual por parte de sacerdotes en el pasado más remoto, e incluso entre 1960-1980, se manejaran mal y de manera irresponsable.

A menudo se buscó un compromiso prudente entre la necesidad de proteger a los menores, la "resocialización" del delincuente, y el control de los daños sobre la parroquia, la diócesis, el instituto y la orden o congregación.

La terapia - o, en todo caso, las series de conversaciones con los profesionales - ha sido una de las medidas estándar. Este enfoque no ha sido diferente al utilizado en casos similares en las instituciones laicas, salvo que el castigo era eclesiástico.

Mirando hacia atrás, este manejo puede haber sido adecuado en muchos casos, pero a menudo no lo era. Una de las razones de la insuficiencia de estos procedimientos fue la ingenuidad de las autoridades de la Iglesia ante las desviaciones sexuales.

La tendencia fue subestimar la gravedad de los delitos, y creer que un delincuente con buenas intenciones, que, por otra parte, había ido a confesarse y había prometido corregirse, merece caridad y confianza más que cualquier otra cosa, y había que darle una segunda oportunidad.

Sobre todo, las autoridades de la Iglesia - no menos que las autoridades judiciales laicas - compartían una confianza demasiado optimista en las pujantes ciencias psicológicas y psiquiátricas. Encomendar un caso de abuso sexual a un psiquiatra o psicólogo era visto como la garantía más sólida contra la reincidencia.

Esto definitivamente no era una garantí, y sigue sin serlo. El efecto a largo plazo de la psicoterapia o la medicación en muchos casos de delincuentes sexuales es mínima, también porque la motivación de una persona para luchar la dura batalla consigo mismo puede ser bastante artificial y dependiente de la presión de las circunstancias.
Por otra parte, parece que, más o menos desde finales de los años 60, la respuesta a estos delitos se convirtió en muchos sectores de la Iglesia - no en todos - cada vez en más insuficiente, débil, negligente.

La tendencia laica de la psicología era la de enfatizar el aspecto de enfermedad mental de los delincuentes en general - pacientes, víctimas de la educación, etc. - en vez de en su responsabilidad ante su comportamiento inmoral.

El elemento de disciplina y castigo - en el caso de los sacerdotes y religiosos, la penitencia - era impopular, y esto se añadió frecuentemente a una flagrante falta de consideración de los sufrimientos y las necesidades de las víctimas de estos delitos.

La psicología tiene una gran responsabilidad sobre esta visión distorsionada e ideológica, y sin ninguna duda afectó profundamente en la forma en que las autoridades de la Iglesia reaccionaron ante las acusaciones de abusos sexuales que se les presentaron, en su conducta ante los miembros del clero que cometieron abusos sexuales, y en la actitud de muchos conocidos hombres de Iglesia y teólogos hacia homosexuales en general y sacerdotes homosexuales en particular.

Un factor importante en esto fue también el miedo a los medios de comunicación, a la opinión pública; si uno no se mostraba como "liberal" en este asunto y parecía "intolerante", podía suscitar reacciones hostiles en los medios y en ambientes de la misma Iglesia.

De todos modos, con frecuencia, las autoridades miraron a otro lado cuando se les presentaron casos de "pedofilia" o de otras conductas homosexuales de sacerdotes y, si tomaron medidas, con mucha frecuencia lo hicieron con "el encubrimiento de la caridad": no se adoptaron castigos, quizá se les colocó en algún centro terapéutico, y en esos casos sin verificar los efectos.



--Algunos critican a la Iglesia porque, en el pasado, se ha permitido a sacerdotes que habían cometido abusos regresar al ministerio, tras haber participado en sesiones de psicoterapia. ¿Cree usted que los terapeutas pensaban que esos sacerdotes podían curarse realmente, y que se les podía confiar el cuidado de niños o adolescentes?

--Van den Aardweg: Esta crítica está justificada. A las autoridades, en esos casos, se les puede recriminar el hecho de que no tuvieron la prudencia para esperar unos dos años, verificar los resultados del tratamiento, y que no siguieron personal y críticamente el caso. Sus reacciones demasiado débiles fueron, en ocasiones, el camino más fácil.

También es verdad que, en general, los psicoterapeutas tenían, y siguen teniendo, demasiada confianza en sus ideas y métodos.

De hecho, la psicoterapia puede ayudar a un pequeño número de personas con inclinaciones sexuales anormales, como la homosexualidad, a cambiar radicalmente y, a un porcentaje más elevado, les puede apoyar para que sus sentimientos pierdan intensidad y su carácter obsesivo, de manera que toda su estabilidad emocional aumente de una manera considerable. Pero eso con frecuencia requiere años, y los mejores resultados los experimentan quienes se someten a la terapia por su propia iniciativa y no forzados por una situación externa.

Asimismo, un cliente que se somete a terapia puede reaccionar mejor durante la misma, y esto puede ocasionar el que el terapeuta considere prematuramente que está listo para regresar a su situación precedente; de ese modo, al ser sometido a una mayor presión interna y externa no disminuyen las posibilidades de que vuelva a caer en sus antiguos comportamientos.

Esto no sólo lo vemos en los casos de personas con problemas sexuales, sino también en otros casos de neuróticos y delincuentes. De todos modos, la prudencia exige que no se coloque nunca a una personas con estos comportamientos pasados en la antigua situación, al menos durante muchos años, pues sigue siendo vulnerable.

--¿Cuál es la actual relación entre las autoridades de la Iglesia y los psicólogos a la hora de trabajar con sacerdotes pederastas u homosexuales? ¿Ha cambiado con el pasar del tiempo?

--Van den Aardweg: Depende de las diferentes personas con autoridad, pero también de la posibilidad de poder contar con psicólogos católicos preparados. En Europa, ya sólo unos pocos psicólogos trabajan terapéuticamente con personas atraídas por el mismo sexo, dado que esta rama de la terapia está casi fuera de la ley en la Unión Europea, que ha adoptado oficialmente la ideología homosexual.

La terapia de las desviaciones sexuales es casi vista como una violación de los derechos humanos; las universidades sólo transmiten una visión basada en eslóganes políticamente correctos, se aísla a quienes podrían ofrecer cursos de terapia para profesionales. Sólo hay unos cuantos terapeutas cristianos especializados en este argumento.

Por lo que se refiere a la Iglesia, está aumentando el interés de cooperar con psicólogos y psiquiatras cristianos/católicos en particular por parte de aquellos obispos, superiores de seminarios, sacerdotes o teólogos que apoyan la mora sexual de la Iglesia.

Otros que se sienten inseguros en sus opiniones sobre esta materia, o que tienen miedo de enfrentarse a los medios de comunicación, a los sacerdotes y fieles liberales, o a sus propios teólogos, prefieren dejar sin trabajo a los psiquiatras y psicólogos que tratan la homosexualidad como un desorden. Pero creo que algo está cambiando para mejor en este sentido, aunque de manera lenta.

Por una parte, cada vez más jóvenes psicólogos y psiquiatras se interesan en lo que llamamos "psicoterapia cristiana o católica", es decir, métodos basados en una visión cristiana del ser humano, del matrimonio y la sexualidad, y de las desorientaciones sexuales, y que reconocen el valor terapéutico del "factor religioso", la conversión, la importancia de una vida interior espiritual, del ejercicio de las virtudes, y de la lucha contra los vicios, para beneficio de la salud y de la estabilidad de carácter.

Por otra parte, cada vez más obispos, teólogos y sacerdotes apoyan la promoción, explicación, aplicación y defensa de toda la doctrina católica sobre la sexualidad y el matrimonio, o simplemente hacen de la "Humanae Vitae" una parte esencial de sus actividades de reevangelización. Claro está, tratan de buscar el consejo y asistencia de psicólogos cristianos/católicos, y eso está llevando aquí y allá a promover una cooperación fecunda.

[Por Genevieve Pollock, traducción del inglés por Inma Álvarez] 
 


 

miércoles, abril 28, 2010

De la necesidad de aprender a relacionarnos


De la necesidad de aprender a relacionarnos

El desafortunado hecho del que nos ha informado la prensa el pasado 19 de abril, que dice relación con el menor del colegio Crisol agredido por sus compañeros, nos recuerda un hecho que hoy es más común de lo que quisiéramos no sólo en nuestras escuelas, sino también en la mayor parte de los ámbitos de nuestra vida en sociedad: imponer la ley del más fuerte.

Esta forma de relacionarnos la vemos en distintos ámbitos de nuestra vida social: en el caso de las escuelas, en el bullying; en la vida privada, en el femicidio y otras formas de violencia intrafamiliar; en lo laboral, en los casos de atropello a los derechos de los trabajadores; en lo recreativo, en la invasión de las barras bravas en el espacio público o las ceremonias de "totemización" de los scouts; en lo académico, en el "mechoneo" universitario; por nombrar sólo algunos ámbitos en los que la dominación de una persona por sobre otra,  en la imposición de la voluntad de una persona por sobre la de otro, es el eje de las relaciones sociales, que en algunos casos incluso está legitimada, como los dos últimos ejemplos citados.

Lo anterior refleja formas de relacionarse con los demás en las que queda de manifiesto la necesidad de imponerse por sobre el otro, de tener el lugar privilegiado en una relación construida desde una lógica de jerarquía, como única lógica posible.

Si bien ahora esta problemática aparece en portada a través de este caso de bullying porque el hecho ha tenido evidentes consecuencias negativas para el niño agredido, relacionarse desde la violencia es una cuestión cotidiana de nuestra cultura social, que los niños y jóvenes reflejan como un aprendizaje adquirido en los grupos humanos en los que crecen, familia, amigos del barrio y escuela, todo ello influenciado por una industria cultural que lucra con la violencia, transmitida principalmente por la televisión. Si consideramos que estas formas de relacionarnos atraviesan toda nuestra vida social, no debiera extrañarnos que las nuevas generaciones aprendan a relacionarse de igual manera. ¿De qué nos escandalizamos, entonces?

Debiéramos preocuparnos no sólo de que este problema exista, sino de que quienes deben enfrentar este problema no lo hagan. Y con enfrentar el problema no me estoy refiriendo a pensar en la represión como vía de solución,  como  lo es la sugerencia que hizo la Municipalidad de Huechuraba de poner detectores de metales en la entrada de un colegio para inhibir el porte de armas, y con hecho fomentar aún más la desconfianza como triste articulador de las relaciones, sino de pensar en abordar las causas del problema.

Ello nos obliga a pensar en las instituciones a las que les corresponde enfrentar el tema de educar, y por lo tanto, de la convivencia. Si bien a nivel de políticas públicas hay una responsabilidad ineludible, a nivel de instituciones en las que descansa el papel de educar también la hay. Estas instituciones que debieran intencionar procesos formativos son la familia y la escuela.

Es indiscutible el papel que le cabe a la familia en lograr que sus miembros aprendan a convivir en armonía. Lamentablemente esta responsabilidad no se está asumiendo debido a las mayoritariamente precarias condiciones de nuestra vida moderna, que se traduce en que las horas de convivencia entre los miembros de la familia sean escasas y de mala calidad. Esto ha significado que la escuela tenga que absorber en gran medida su responsabilidad, generándole con ello un complejo desafío.

No obstante este complejo escenario, es indiscutible que a la escuela le cabe la responsabilidad de educar. Es en ella en la que nuestros niños y jóvenes pasan la mayor parte del día, por lo que es en ella en la que aprenden a vivir en sociedad, para bien o para mal. Es en ella en la que se aprenden las lógicas de convivencia y desde la que es posible mejorarlas cuando hay evidencias de que éstas no benefician a sus miembros, como es el caso del niño agredido en el colegio Crisol.  Cabe preguntarnos entonces, ¿Qué lógicas de convivencia fomenta la escuela? ¿Son colaborativas, es decir, de mutua cooperación, o son individualistas, es decir, de mutua competencia, desde las que se aprende a ver a los demás como adversarios? ¿Cómo la escuela intenciona que sus miembros aprendan a relacionarse sanamente?

Es la escuela a la que le cabe enfrentar la problemática de la convivencia porque es en ella que se construye nuestra sociedad día a día. La cultura escolar se construye muchas veces desde lógicas de convivencia determinadas exclusivamente por los adultos, basadas en la desconfianza, en la imposición en lugar del diálogo y la negociación, en la manipulación desde premios y castigos en lugar de la creación de una conciencia individual y colectiva para que cada uno aprenda a hacerse cargo de sí mismo. En esta construcción de la cultura escolar la responsabilidad de la gestión escolar es ineludible. Autoridades y profesores deben reflexionar si están construyendo una cultura escolar impositiva, con la misma lógica de dominación que nos preocupa, o inclusiva, que escucha a sus miembros y por lo tanto enseña a respetar.

No se trata de que los niños y jóvenes aprendan valores como el respeto por los demás desde una prédica cansadora y repetitiva, sino de que cada miembro de la escuela encarne este valor en su forma de relacionarse con los demás, cotidianamente, de manera que educarse sea algo que se dé naturalmente, por el sólo hecho de ser parte de ese grupo humano.

Tampoco se trata de aplicar sanciones a quienes transgreden las normas de convivencia, porque ésa es otra discusión, que se da cuando el problema ya se ha generado. Debemos, de una vez por todas, dirigir nuestra atención a las causas. Y la escuela y su lógica de relaciones tiene gran responsabilidad en ello.

Por Priscilla Echeverría De la Iglesia




 

Niños al huerto ó la importancia de este en la formación de las personas


Niños ¡Al Huerto!

El huerto es un lugar muy propicio para el desarrollo del niño. Allí puede observar, en primera persona, los ciclos de la naturaleza, sentir la fuerza de la vida, explorar en busca de insectos… ¡y ensuciarse a gusto!

La primera vez que a mi hija le gustaron los rabanitos fue el día que cosechó los que ella misma había sembrado, regado y cuidado con mucho cariño. Estas bolitas rojas que normalmente le resultaban muy picantes y poco apetitosas, de repente, con un poco de aceite de oliva y sal, le parecieron una gran delicia.

Aparte de ser una buena forma de conseguir que los niños coman más verduras, el huerto es un lugar muy propicio para el desarrollo del niño. Allí puede observar, en primera persona, los ciclos de la naturaleza, sentir la fuerza de la vida, explorar en busca de insectos… ¡y ensuciarse a gusto! Sin embargo, en nuestro mundo, en el que más del 50 % de la población reside en ciudades, no siempre resulta posible darle al niño esta posibilidad en casa.

Lo ideal sería que cada colegio pudiera disponer de un espacio para crear un huerto escolar, y es una tendencia que se está dando cada vez más, porque el huerto es una herramienta educativa muy versátil.

Fritjof Capra, científico muy reconocido por su trabajo vanguardista en el mundo de la física, se dedica a promover la ecología en la educación primaria y secundaria. Según él, «Cultivar un huerto reconecta a los niños con los fundamentos de los alimentos -de hecho, los fundamentos de la vida- mientras integra y alienta virtualmente cada actividad que tiene lugar en la escuela».

En el libro Ecological Literacy: Educating Our Children for a Sustainable World (Ecoalfabetización: educar a nuestros niños para un mundo sustentable) presenta estos fundamentos de la vida que él considera necesario integrar en un currículo que enseñe a nuestros niños que:

* un ecosistema no genera basura, los desechos de una especie son el alimento de otra especie;

* la materia se recicla continuamente a través de la red de la vida;

* la energía que mueve estos ciclos ecológicos proviene del Sol;

* la diversidad asegura la resistencia;

* la vida, desde su origen hace más de tres mil millones de años, no se ha diseminado en el planeta gracias a la competencia, sino a través de la cooperación, la asociación y la formación de redes.

Fritjof Capra señala que «enseñar estos conocimientos ecológicos, que también constituyen sabiduría ancestral, será la función más importante de la educación en el próximo siglo».

Con un poco de voluntad y de creatividad podemos encontrar una fórmula que se adapte a nuestro espacio. Un sistema que se está empleando cada vez más en las ciudades es el de los balcones comestibles, donde se cultivan plantas comestibles en macetas, y a la vez sirve para decorar la terraza.

Es interesante ir experimentando con varios tipos de plantas para ver cuáles se adaptan mejor a nuestro espacio, pero sin duda se pueden cultivar hierbas aromáticas, tales como albahaca, tomillo, perejil, romero, salvia, etc., y una gran variedad de hortalizas, desde la tomatera hasta la lechuga, pasando por el ajo, la zanahoria, los porotos, la berenjena y el rábano.

Incluso hay árboles que crecen muy bien en macetas y que producen alimentos, como el limonero, el naranjo, el ciruelo, el membrillo y el caqui, por citar algunos más frecuentes en nuestro clima.

Una de las mayores ventajas de hacer un huerto con los niños, ya sea en el campo, en la escuela o en la terraza, es que combina el aspecto práctico de mantenerlos entretenidos con algo que no es la televisión, y a la vez beneficia a toda la familia con lo que se cosecha para comer y al embellecer el espacio.

Para los padres que «sortean» la gran ola de la vida a un ritmo muy acelerado (léase: el 99% de los padres), no hace falta que se ejerza aun más presión: lo importante es encontrar el momento y buscar una fórmula fácil y agradable en la que, tanto los padres como los niños, puedan realmente disfrutar de la aventura del huerto.

Si te pones una meta demasiado optimista y poco realista, por ejemplo, pasar de no haber tenido jamás ni un cactus a tomar la decisión repentina de ser 100% autosuficiente, es posible que dentro de un año (o una semana) no quieras ver una zanahoria ni de lejos… Es recomendable probar gradualmente o, como se dice, poco a poco.

EL RABANITO, UN BUEN PUNTO DE PARTIDA

Los niños pueden impacientarse al no ver resultados cuando invierten tiempo en su huerto, así que el rabanito puede ser una elección favorable, porque sólo tarda entre 5 y 10 días para brotar y unas 3 a 6 semanas desde que se siembra hasta que se cosecha.

Se recomienda trabajar con semillas no tratadas (nada resulta más parecido a un caramelito que una semilla envuelta de una capa de fungicida color rosa).

Material

* Maceteros (si no dispones de terreno)
* Tierra
* Compost
* Semillas de rabanito (hay variedades adaptadas a cada estación; léase el envase)
* Una palita (incluso puede servir la que se utiliza para hacer los castillos de arena en verano).

Proceso

* Primero, se prepara la tierra. Tiene que estar bien suelta para que las raíces no encuentren obstáculos al crecer y para permitir una buena aireación en la que los microorganismos puedan proliferar.
* Se riega la tierra hasta que esté bien húmeda, pero no inundada.
* Se esparcen las semillas al voleo (¡qué divertido!)
* Se cubre con una capa de un centímetro de compost. Esta capa de compost servirá para nutrir la tierra a la vez que para aportar a las plantas los elementos que necesitan, y permitirá que se conserven mejor la temperatura y la humedad de la tierra.
* Se riega regularmente.
* A los 15 ó 20 días, se ralean las plantas, dejando un espacio de más o menos cinco centímetros entre cada planta para permitir que las raíces alcancen su volumen óptimo.

Se cosecha cuando se observa que las raíces ya están en su punto.

Por Melanie LeBlanc


 

“La riqueza natural de América Latina sufre hoy una explotación irracional”


 
"La riqueza natural de América Latina sufre hoy una explotación irracional"
Mensaje episcopal de República Dominicana para el Día Mundial de la Tierra

SANTO DOMINGO, miércoles 28 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Con motivo del Día Mundial de la Tierra, celebrado este jueves, la Comisión Episcopal para la Ecología y el Medio Ambiente de la República Dominicana hizo público un mensaje titulado "El Bien Común".

Recuerda el mensaje que Dios entregó al hombre "como patrimonio común la tierra y cuanto en ella se contenía". "Es herencia que recibimos, que debemos administrar y distribuir con justicia y equidad, pero sobretodo, que debemos transferir a los que nos sucedan, no deteriorada, sino, por el contrario, mejorada", subraya el mensaje remitido a ZENIT por Jovanny Kranwinkel, secretaria ejecutiva de la Comisión.

El mensaje --firmado por el presidente de la Comisión, monseñor Fabio A. Mamerto Rivas, SDB, y la secretaria ejecutiva--, invita a enseñar a los hijos a preservar "su casa",  "nuestra casa la Tierra".

Recuerda que "todos somos colaboradores de Dios, metafóricamente "secretarios de Estado del Creador", ministros de su bondad y su poder, al darnos la capacidad de prepararnos para entender los problemas y plantear soluciones".

Constata que "la riqueza natural de América Latina y el Caribe experimentan hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo ese proceso tiene una enorme responsabilidad el  actual modelo económico, que privilegia el desmedido afán de la riqueza por encima de la vida de las personas, de los pueblos y del respeto racional a la naturaleza". Y se pregunta si los dominicanos son conscientes de esto.

El mensaje destaca tres elementos en el cuidado de la tierra y "que nos guían para evaluar si nuestras acciones colaboran con la correcta administración del bien común".

En primer lugar, "respeto a la persona. El bien común existe si hay respeto a los demás; cualquier acción humana que atente contra el respeto a los integrantes de la comunidad, no colabora con el justo desarrollo nacional".

En segundo lugar, "bienestar social y desarrollo del grupo. Los ingresos generados por la explotación de recursos no renovables deben invertirse de tal manera que los mismos también se conviertan en soluciones permanentes para la pobreza extrema y que produzcan riquezas para las generaciones venideras que ya no tendrán el beneficio de la explotación de ese bien común".

En tercer lugar, "la paz. Señal de estabilidad, la gente quiere vivir en tranquilidad. En esto influye la seguridad de tener un orden justo, hombres y mujeres probos que no se vendan por dinero, con conciencia clara y que utilicen los conocimientos para impartir una verdadera justicia amparada en la Constitución, las leyes, los acuerdos internacionales, la ética y la moral".

De estos principios establecidos se derivan una serie de criterios para la reflexión, por lo que hacen un llamamiento "a gobernantes, legisladores, académicos, empresarios, organizaciones sociales, comunidades cristianas y a todo nuestro pueblo", sobre una serie de directrices de acción que quieren plantear".

Llaman la atención en algunos casos puntuales de explotación de recursos naturales mineros que les "preocupan y que afectan el bien común".

Sobre los mismos, la Comisión Episcopal se plantea una serie de interrogantes y afirma "que el proceso debió tratarse con más rigurosidad".

Afirma que la Comisión tiene otros interrogantes si respuesta como por ejemplo si la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales realizará  la  vigilancia,  monitoreo  e inspección  que  considere  necesarias, según establece la legislación, y si, sobre la base de los resultados de las inspecciones, dictará  las  medidas  necesarias  para corregir las irregularidades  encontradas,  notificándolas  al interesado  y  otorgándole  un plazo  prudente  para  su  regularización.

Aconseja "fortalecer la Dirección General de Minería la que con un bajo presupuesto y con poco personal tiene que administrar grandes proyectos".

Ante las próximas elecciones congresuales y municipales, hace un llamamiento al país "para que los votantes miren bien a quienes están eligiendo como sus representantes y para que tomen conciencia sobre las propuestas que hacen los candidatos actuales" sdobre estos temas.

Cita al Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate: "la Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire, como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo" (nº 51). "En nuestra tierra hay lugar para todos: en ella toda la familia humana debe encontrar los recursos necesarios para vivir dignamente, con la ayuda de la naturaleza misma, don de Dios a sus hijos, con el tesón del propio trabajo y de la propia inventiva" (nº 50).

Ofrecen su oración "para que nuestra nación crezca en valores y aptitudes que nos permitan dejar a nuestros hijos un planeta Tierra más limpio y organizado, manteniendo intacta una vida cada vez más humana".

Y concluyen recordando: "Dios siempre perdona, el hombre a veces perdona, la naturaleza nunca perdona".



 

No asistencia a un feto abortado: Italia conmocionada


 
No asistencia a un feto abortado: Italia conmocionada
Valoraciones del obispo y de monseñor Sgreccia

ROMA, miércoles 28 de abril de 2010 (ZENIT.org).- La asistencia es un deber, más allá de la ley, declaró el presidente emérito de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Elio Sgreccia, ante los micrófonos de Radio Vaticano.

El prelado se refirió a un caso de supervivencia -durante 24 horas- de un feto abortado de 22 semanas y de 300 gramos.

El caso ha conmocionado a la opinión pública de Italia. El Vaticano destaca las lagunas del derecho en la materia y el obispo pide un debate.

El obispo de Rossano-Cariati, monseñor Santo Marcianò reaccionó con un comunicado publicado en L'Osservatore Romano de este miércoles 28 de abril de 2010.

El arzobispo denuncia una "superficialidad arbitraria" del personal que no ha intentado salvar al niño.

El feto sobrevivió a un caso de aborto "terapéutico" practicado en hospital calabrés de Rossano, pero falleció por falta de oxígeno.

Médicos y enfermeros han recibido un aviso de apertura de investigación judicial por el procurador de la República de Rossano para verificar si fueron violadas las disposiciones de la ley 194.

El sábado por la mañana, una mujer se presentó en el hospital Nicola Giannattasio de Rossano Calabro, en la provincia italiana de Cosenza, para un aborto de un feto de 22 semanas.

La última ecografía había indicado dos malformaciones en el paladar y en el labio del feto.

Los médicos practicaron el aborto y el feto expulsado fue depositado en un paño y colocado en un contenedor a la espera de que muriera.

Pero siguió respirando. Y la ley italiana no tiene previsto este caso; no obliga a nadie a verificar su estado ni a ayudarle.

Unas horas más tarde, alguien notó movimientos en el contenedor y se lo confió en confesión al capellán del hospital.

El domingo por la mañana, don Antonio Martello lo verificó en persona: 24 horas después del aborto, el niño vivía, aunque murió poco después.

Los investigadores quieren averiguar quién era el responsable de constatar la muerte y verificar si se trata de un caso de abandono terapéutico.

Para el obispo, este caso debe "llevar a la sociedad civil a reflexionar sobre el carácter dramático del aborto, en tanto que supresión de un ser humano, y en este caso, sobre el carácter ilícito de la definición de "terapéutico".

"De hecho, no constituye una "cura", sino que refuerza la mentalidad eugenésica que se extiende, y que no sólo aumenta el recurso al aborto, sino que plantea serias dudas sobre el presunto beneficio para la salud de la mujer y sobre el significado natural de la maternidad", consideró monseñor Marcianò.

"También nos invita a considerar con qué facilidad se trata de manera inhumana a una persona gravemente malformada y simplemente no deseada", añadió.

Monseñor Marcianò espera que este caso abra un debate serio y fecundo y "conduzca a cada uno a colaborar para que el valor de la vida de toda persona humana sea reconocido como el fundamento de una sociedad civil y justa".

Por su parte, monseñor Sgreccia destacó los límites de una ley que no prevé la intubación y la ventilación para fetos de 23 o 24 semanas.

"El médico no debe mirar la fecha sino el hecho -indicó-. Pues si el feto abortado, de manera voluntaria o accidentada, está vivo -también si está en el límite de la supervivencia, en el límite de la cronología-, está en presencia de un feto que, porque es fuerte o porque las fechas no han sido bien calculadas, afortunadamente está viviendo, y está obligado a hacerle vivir".

"La ley debe aclarar esto, o también debe anticipar la fecha de la vitalidad", consideró.

Y añadió: "El obispo ha hecho bien al pedir una gran atención y una gran vigilancia porque lo que prevalece ante una vida humana -en conciencia y ante Dios- es que es una vida que nace e incluso ya fuera del útero de su madre, que manifiesta que puede vivir, y debe tener toda la ayuda posible".


 

martes, abril 27, 2010

En oración, justicia y caridad, Carta del Arzobispo de Santiago sobre las denuncias de Pedofilia contra algunos sacerdotes.

En oración, justicia y caridad

Queridos hermanos y colaboradores en el Señor,

Con mucho dolor hemos conocido las acusaciones que se han hecho recientemente a sacerdotes y religiosos por abusos sexuales en diferentes países, sobre todo de Europa. Con gratitud hemos recibido la carta del Santo Padre a la Iglesia de Irlanda, sus muestras de cercanía y solidaridad con las víctimas, su llamado a la responsabilidad pastoral a los obispos para que estos hechos no se repitan, y su invitación a renovar nuestro amor a Cristo y a todas las personas que Él nos confía, sobre todo a los más jóvenes y vulnerables.

En lo que se refiere a nuestra cultura, gracias a Dios la sociedad ha tomado conciencia de la gravedad de estos pecados, que también son delitos ante Dios y ante los hombres, sobre todo de los abusos sexuales cometidos contra personas menores de edad, en especial cuando las víctimas son niños. Causan un dolor indecible a personas inocentes, y dejan dolorosas secuelas, que algunas veces sólo pueden sanar lentamente y en medio de dificultades. Estos delitos se cometen, por desgracia, al interior de incontables familias, en muchas instituciones dedicadas a la atención de la infancia y la juventud; lamentablemente se dan también en la Iglesia, fundada por Jesucristo para enaltecer a las personas conforme a su dignidad de familiares de Dios, y nunca para destruirlas. Gracias a Dios, la sociedad rechaza absolutamente estos hechos y los condena.

Como también en Chile las noticias de abusos nos han golpeado y conmocionado, les escribo para que ustedes conozcan el parecer y el proceder de nuestra Arquidiócesis ante hechos de esta naturaleza. Es conveniente que ustedes conozcan los antecedentes que les entrego, por la gravedad de los presuntos hechos que son denunciados, por el respeto al cual tienen derecho los acusadores, por la presunción de inocencia de toda persona acusada, mientras no se demuestre lo contrario.

En la Asamblea Plenaria recientemente concluida hemos vuelto a tratar el tema de los procedimientos. En el mensaje final, en lo que atañe a nuestro país, los obispos nos referimos a este tema con las siguientes palabras:

"Estas noticias (procedentes particularmente de Europa) han puesto en la agenda pública el complejo y delicado tema de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes. Queremos adherir a las claras y firmes orientaciones del Papa Benedicto XVI en esta materia, así como expresarle nuestra adhesión ante las injustas y ciertamente falsas acusaciones que ha recibido de cierta prensa en algunos países.

Los obispos hemos meditado en estos días acerca del modo en que hemos enfrentado, como pastores y como Iglesia, los casos que se han denunciado en nuestro país. También hemos analizado la forma en que estos delitos nos desafían a valorar más aún la fidelidad de los presbíteros y consagrados a su misión apostólica, los procesos de discernimiento vocacional, de admisión a los seminarios y de acompañamiento espiritual a los sacerdotes. En esta reunión hemos actualizado nuestra manera de aplicar la normativa canónica que nos obliga a actuar con rigor frente a eventuales denuncias, aplicación que habíamos establecido ya en mayo de 2003.

No hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores, y no hay pretexto alguno que pueda justificar este delito. A las personas directamente afectadas y a las comunidades que en Chile han visto en algún sacerdote motivo de escándalo, les pedimos perdón, y les exhortamos a comunicarnos estos hechos. Es total nuestro compromiso de velar incesantemente porque estos gravísimos delitos no se repitan.

A los fieles católicos, les pedimos especialmente en este Año Sacerdotal, fervientes oraciones por esa inmensa mayoría de sacerdotes que regalan su vida al Señor y al servicio de los hermanos, para que no se desanimen, sigan creciendo en santidad, y encuentren en sus fieles y pastores una compañía cercana en su identificación con Jesús."

Contamos, en efecto, en nuestra Iglesia Arquidiocesana de Santiago con un sinnúmero de sacerdotes ejemplares que siguen a Jesucristo con fidelidad, que día a día tratan con Él en la oración personal, en la lectura orante de las Escrituras y en la santa Eucaristía, que regalan su tiempo y su vida con gran generosidad a las comunidades que la diócesis les ha confiado, y a las personas que acuden a ellos. Sin lugar a dudas, sufren cuando se denuncia a un hermano sacerdote, o cuando se piensa mal de ellos. Les debemos toda nuestra gratitud, admiración y respeto.

Junto con dar publicidad a la conferencia de prensa en la cual el Presidente de nuestra Conferencia Episcopal, Mons. Alejandro Goic, dio a conocer el mensaje conclusivo de la Asamblea, un diario matutino divulgó la siguiente noticia: "Revelaron que se abrió una investigación eclesiástica contra el ex párroco de la Iglesia de El Bosque, Fernando Karadima (80), acusado de abusar de un ex colaborador desde que era menor de edad." Esa misma mañana, al término de una celebración litúrgica en la Catedral, fui consultado por los medios de comunicación acerca de esta información. Respondí que efectivamente está en curso la investigación mencionada. Eso no significa que la persona sea considerada culpable. Significa, simplemente, que la Iglesia está decidida a investigar todas las denuncias. Al día siguiente la causa fue llevada a la justicia civil.

Don Fernando Karadima es un sacerdote que ha trabajado fecunda y generosamente casi toda su vida en la Parroquia del Sagrado Corazón de El Bosque, cultivando en los feligreses la vida de oración, el amor a la Sma. Virgen y a la Santa Misa, como también la preocupación por los pobres. A su persona están unidos en gratitud muchos laicos, como asimismo numerosos sacerdotes y religiosas, por haberlos guiado espiritualmente durante largos años. De él, Dios se ha valido para despertar numerosas vocaciones al sacerdocio, al episcopado y a la vida consagrada. Una acusación contra su persona tenía que remecer a la Iglesia, no sólo en Santiago.

Las primeras denuncias formales, firmadas por ellos mismos, de tres personas que aseguraban haber sido víctimas del sacerdote, llegaron paulatinamente a partir de mayo de 2005. Las entregamos, como lo piden las normas de la Conferencia Episcopal, al Promotor de Justicia de ese entonces. Sobre los presuntos hechos echaba su sombra la prescripción que establece el derecho canónico. Por otra parte, existían innumerables y contundentes testimonios a favor del P. Fernando Karadima. Después de una primera investigación, y de encauzar las cosas de manera adecuada, dejé en suspenso la causa, esperando nuevos antecedentes, profundizando los ya obtenidos y haciendo nuevas consultas a peritos en materia jurídica canónica.
Dos expertos en derecho canónico me pidieron que abriera un proceso judicial. Casos de esta naturaleza son tan excepcionales, que consideramos necesario consultar a peritos de la Santa Sede en este campo. El procedimiento en marcha se ha llevado adelante, con rigor y responsabilidad, en consulta con ellos y acorde con la normativa canónica vigente.

Por eso, ante las denuncias presentadas, ahora sin considerar la prescripción de los presuntos hechos, y conforme al procedimiento eclesiástico establecidos por la Conferencia Episcopal de Chile, entregamos las denuncias a un nuevo Promotor de Justicia, nombrado en 2009, para que investigara a fondo los hechos, examinara la veracidad de las denuncias, ofreciera la posibilidad de defenderse al sacerdote acusado, y propusiera, si fuese el caso, la declaración de inocencia o las medidas pertinentes. Este procedimiento, que aún no ha concluido, ocurre con total reserva, para proteger la libertad de quienes denuncian, defienden y dan testimonios, y preservar el buen nombre de todos ellos. Se encuentra bastante avanzado.

Los hechos mismos y la publicidad que se está dando a esta situación causa profundas heridas a personas que reclaman respeto, caridad y apoyo. Provocan ciertamente un gran sufrimiento en quienes denuncian, en la persona denunciada y en quienes creen en su inocencia, ya que no pueden compatibilizar los hechos denunciados con quien sólo recuerdan con admiración y gratitud.

Ante consultas periodísticas, he hecho un llamado a tener confianza en el proceso que el Arzobispado de Santiago lleva adelante, con espíritu de justicia y caridad, respecto de las denuncias recibidas. Esta confianza se basa en la gracia que recibe el Obispo para ser fiel a su vocación de asemejarse al Buen Pastor que acoge a todas las ovejas, especialmente a las que son más débiles, están solas, heridas o enfermas, o han sufrido por causa de otras. Lo que más deseamos es que todos puedan contar con nosotros, sus obispos; también cuando su conciencia les pida denunciar a alguien por actos deshonestos, que dañan y ofenden, y que opacan el amor de Dios.

Ante todo, invito a las personas afectadas por esta dolorosa situación, a esperar confiadas en su Iglesia el término de esta investigación. Al mismo tiempo, pido a todos una especial prudencia en las reacciones y en el tratamiento de este tema, por respeto a quienes se ven involucrados. También los invito a orar por quienes sufren debido a esta triste situación, y por quienes deben llevar adelante y colaborar en la investigación, de manera que se llegue a la verdad en la caridad.

Las pasiones, el desconcierto y la desconfianza son un terreno propicio para que el Príncipe de la desunión, la aversión y la mentira siembre sospechas, juicios temerarios y animadversiones, y obtenga una abundante cosecha. Mantengamos la serenidad y la paz interior, sabiendo que todas las cosas redundan en bien de los que aman a Dios y son amados por Él (ver Rom 8, 28).

En un clima de oración, implorando la intercesión de la Sma. Virgen, confiemos en la acción del Santo Espíritu que guía, purifica, y da esperanza y santidad a su Iglesia.

Santiago, día de san Jorge, 23 de abril de 2010.

+ Francisco Javier Errázuriz Ossa
Cardenal Arzobispo de Santiago


 
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Entrevista a Mons. Goic sobre pedofilia en la Nación


Es doloroso, en la calle a sacerdotes les gritan pedófilos"
Por Marcela Jiménez / La Nación Domingo

El viernes, junto a Errázuriz, se reunió extensamente en La Moneda con el Presidente Piñera, cita en la que no estuvieron fuera de la agenda las denuncias de abuso. Monseñor Goic se detiene a reflexionar sobre los efectos de estas acusaciones, analiza cómo ha afectado a la iglesia y el camino que la institución debe seguir a futuro ante esta crisis, que no pasa inadvertida ni para moros ni cristianos.

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Domingo 25 de abril de 2010 | | LND Entrevistas

Quizás, más de uno cuando lea estas páginas ya habrá leído en la prensa o en la misa dominical la carta pastoral que el cardenal Francisco Javier Errázuriz mandó a la comunidad católica a raíz de los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes.

El último explotó esta semana con Fernando Karadima, quien por dos décadas fue la cabeza de la iglesia de El Bosque, de Providencia, denuncia que ya está en manos del Ministerio Público. Pero estos hechos no son nuevos, hace un rato ya que la Iglesia Católica en Chile y el mundo está en el ojo del huracán por las sucesivas denuncias de este tipo.

Entre acusaciones, investigaciones, denuncias y procesos judiciales, la Conferencia Episcopal -encabezada por monseñor Alejandro Goic- pidió perdón públicamente esta semana.

Con su voz grave, pausada y suave, monseñor aclara que no corresponde que lo señalen como el jefe de la Iglesia: "Soy el presidente de la Conferencia Episcopal, es un servicio, pero no tengo ningún mando ni en Melipilla ni en Santiago ni en Punta Arenas, mi responsabilidad es en la VI Región, donde soy el obispo y respondo al Papa de mi gestión".

Sin embargo, su cargo sí lo hace la cara visible a la hora del perdón, como en las gestiones y citas importantes.

-¿Qué llevó a la Iglesia Católica chilena a pedir perdón ahora?

-Ya en 2003 se daban las normas para actuar frente a estos casos y manifestábamos nuestro dolor por estos hechos, pero de una manera explícita efectivamente lo hicimos ahora, porque quisimos seguir el ejemplo del Papa. Pedir perdón por faltas que no son propias es parte de la misión de la iglesia. Si un miembro de la iglesia ha cometido un error grave, un delito desde el punto de vista civil, todo el cuerpo de la iglesia sufre, por eso en ese contexto nos pareció pertinente pedir perdón, porque lo que más nos duele son las víctimas que han sufrido y las que siguen sufriendo.

-En la declaración se dijo que "no había lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores". ¿Significa que se les expulsará?

-Significa que se hace un proceso interno en la iglesia, que se inicia en la diócesis con un promotor de justicia. Si el obispo llega a la convicción que este sacerdote es culpable, tiene que mandar los antecedentes a un centro especializado en el Vaticano. Si todo es cierto, la Santa Sede declara que el sacer dote no puede seguir. No es que lo expulse, eso ocurre en muy pocos casos, cuando hay una excomunión expresa.

Eso sólo ha ocurrido en Chile con el "cura Tato", él reconoció los delitos. Hay un sacerdote (José Galaz) que fue director del Pequeño Cottolengo, condenado a 15 años porque habría abusado de dos menores. Lo he visitado en la cárcel, los fieles no han dejado de visitarlo, ya lleva más de cuatro años en Colina y sigue alegando inocencia. A la Santa Sede se han mandado todos los antecedentes y hasta este momento no tenemos noticias. No ejerce porque está preso, pero a él no se le ha quitado el ejercicio del sacerdocio.

-¿A pesar de que hay una condena de la justicia chilena?

-Hubo un juicio civil, la iglesia hizo una indagación y todos los antecedentes se mandaron a Roma hace unos dos años. Le faltan 10 años aún para salir libre, porque tiene que cumplir condena sin beneficio. Yo leí toda la sentencia, son 200 páginas y no me convence. La justicia actuó y uno tiene que respetar sus fallos, ahora si él es inocente y le ha tocado cumplir esa pena, va a ser un santo, si no es inocente, está cumpliendo la pena que la sociedad determinó.

-¿El Vaticano no tiene plazo para pronunciarse?

-Normalmente lo hace con bastante rapidez, pero en este caso yo comprendo que se estén demorando, porque las investigaciones que hicieron la congregación y el obispado difieren bastante de la que hizo la justicia civil.

-Cuando se comprueba el abuso, ¿la marginación del sacerdocio no es una pena menor para la magnitud del delito?

-Nosotros creemos en un Dios misericordioso, capaz de perdonar al pecador más empedernido. Para un sacerdote, ser privado del ejercicio del ministerio al cual consagró su vida es la pena más grave, es tremenda, pero lo seguimos amando como un hijo de la iglesia. Frente al caído, al criminal más criminal, la iglesia tiene la misión de amarlo.

-¿El perdón que pidieron surgió por un instructivo del Vaticano?

-El Vaticano y el Papa dan normas generales, pero después cada Conferencia Episcopal y cada obispo es autónomo. En general, dejamos que cada obispo actúe. Llegó la hora que explícitamente, como Iglesia Católica, pidamos perdón, aunque no sean tantos los casos. Todo ha sido tan dramático, tan fuerte, que nos pareció oportuno. No hablamos esta decisión con el cardenal (Tarcisio) Bertone, no hemos recibido instrucción de la Santa Sede, sino que la conferencia, unánime y libremente, lo hizo.

-Entonces, ¿el Vaticano no ha dado directrices?

-Fundamentalmente, que cada diócesis debe tener un especialista en derecho canónico que haga de promotor de justicia. Si alguien tuviera una denuncia, lo derivo a este promotor de justicia y él tiene un procedimiento para indagar, llama a testigos y, mientras dura el proceso, se mantiene en reserva, por el respeto a las víctimas y por el eventual victimario.

-Si la investigación que hace el promotor de justicia demuestra que hubo abuso. ¿No deberían entregar esa información a los tribunales?

-Lo que uno puede hacer es sugerir a la persona, a la víctima, a los padres, a quien presentó la acusación, del derecho que tiene de ir a los tribunales, pero no puedo obligarlos. Si alguien me cuenta algo que lo angustia, pero me prohíbe contarlo, yo no puedo traicionar esa confianza, no puedo, aunque sea algo que, como en este caso, tenga repercusión pública.

-¿No hay un riesgo de amparar delitos en el secreto de confesión?

-Mi deber es hacerle ver a la persona, hacerle comprender que tiene todo el derecho a acudir a los tribunales, pero si no quiere, ¡qué le voy a hacer yo! Si es él el que va a tener que enfrentar eso. Cómo voy a obligarlo a una acción que no quiere hacer, tengo que respetar la libertad de esa persona.

-Se produce una suerte de paralelo entre la justicia civil y el proceso eclesiástico. ¿Está uno por sobre otro?

-No. Son dos procesos muy distintos. La iglesia tiene un modo de hacer justicia, que está reglamentado en el Código Canónico y, en particular en estos casos, con algunos documentos que la Santa Sede dictó antes de 2003 y que son la base para la normativa que hemos dispuesto.

-¿Cree que la gente entienda que exista esta suerte de justicia paralela a la civil en estos casos?

-Puede ser que algunos piensen eso, pero la firme intención es actuar con claridad meridiana. Es tal nuestro compromiso de velar incesantemente para que estos gravísimos delitos no se repitan, que ¡no hay lugar en el sacerdocio para quienes abusen de menores! Esa es nuestra disposición y ¡claro!, tenemos que tener cuidado, a veces pueden llegar acusaciones que no son ciertas. Es doloroso, en la calle a sacerdotes jóvenes les gritan pedófilos. Es muy injusto generalizar. Quisiera ampliar el horizonte un poco, el problema de la pedofilia se da en todos los grupos humanos, me ha tocado escuchar muchos testimonios de jóvenes que han sido violentados por un familiar, ¡sobre todo por el papá! En 42 años, en Estados Unidos se han condenado 52 sacerdotes con penas civiles y a más de seis mil profesores.

-Entonces ¿por qué este ataque tan sistemático a la Iglesia?

-Quizás porque los sacerdotes están llamados a velar por la dignidad humana y no lo hicieron...

-Estoy de acuerdo y no justifico que ni un solo sacerdote cometa estos delitos, pero hay una cosa…(pausa), por ejemplo, el ataque al Papa. Si hay alguien que actualmente en la Iglesia Católica ha hecho más por este tema es el Papa. Uno se pregunta, ¿qué hay detrás?

-¿Las críticas al Papa no apuntan a que la iglesia se demoró mucho en condenar este tema?

-Estos delitos probablemente han existido siempre, pero si hay una cosa que encuentro positiva en este tremendo dolor que estamos viviendo como iglesia es que hoy tenemos que ser coherentes entre la vida íntima, social y el servicio. Hoy un hombre o mujer público no puede tener una vida dual. En un Presidente de la República, lo que aparece en su personalidad tiene que serlo en su vida familiar, en su vida de negocios. En el caso de la Iglesia, yo digo: esta crisis es de santidad, coherencia de vida, eso es lo que necesitamos.

-También a nivel de feligreses se considera que la jerarquía de la iglesia no se hizo cargo a tiempo y que el Papa finalmente actuó obligado por el peso de los hechos….

-Eso fue en relación a un caso que se conoció en 1983, el famoso padre Marco Dessi, ya muerto, pero no es que apruebe, sino que le dice al obispo que siga estudiando el caso. ¡Es muy doloroso esto! Si mañana alguien me viene a decir algo de un cura que yo quiero mucho y veo una acusación así, es como un padre que le vienen a acusar a su hijo. ¡Qué padre en una primera instancia llevaría a su hijo a la cárcel! Uno tiene que indagar, tener certezas. No podemos encubrir el delito, pero no es tan fácil a veces discernir. El Papa hizo todo el proceso de investigación de los Legionarios de Cristo, ¡si hay alguien que se la ha jugado por la transparencia es este Papa! Claramente, como cardenal Ratzinger y ahora como Benedicto XVI.

-Después del perdón, ¿cómo se revierte la sensación de impunidad?

-Hay un solo camino, pedirle a Dios coherencia de vida. Que los que decimos que somos sacerdotes, defensores de la dignidad humana, dentro de nuestra fragilidad, tratemos de ser coherentes con lo que creemos y lo que decimos que somos. Yo conozco a mis curas, tienen virtudes y defectos, a uno de ellos se le cayó la casa, el templo, y está de allegado con un matrimonio amigo, pero vive sirviendo a la gente. ¡Eso es lo que necesitamos! Si tuviéramos diez Alberto Hurtado en Chile esto se revierte.

Imagen-Es un camino largo reconstruir confianzas y credibilidad… -Es un proceso largo. Con la gran masa va a costar mucho cambiar esto, porque basta que se diga pedofilia y todos piensan en la Iglesia Católica, y eso es tremendamente injusto. Hemos transparentado, tenemos 20 casos que han ido a la justicia; si hay otros, están ocultos, no los hemos sabido. Será lento, tendremos que sufrir humillaciones injustas. Honestamente, creo que ninguno de los obispos que hemos pedido perdón hemos cometido estos hechos, pero es como en una familia, si mi padre ha cometido un delito, sigue siendo mi padre.

-La declaración dice que los obispos meditaron acerca de cómo enfrentaron como pastores estas denuncias. ¿Qué mea culpa hicieron?

-Como obispos, tenemos que estar más cerca de nuestros curas, a veces uno tiene mil cosas que hacer y los ve un par de veces al año. Después, los procesos de discernimiento vocacional, hoy somos más rigurosos en la selección de los jóvenes que aspiran a la vida sacerdotal, ahora no entra nadie si no hay un informe sicológico. Queremos descubrir que no tenga taras incompatibles con la condición sacerdotal. A veces ha sucedido que en una casa sacerdotal le han pedido a un joven que se vaya porque no es idóneo para cura y vemos que después ingresó a otro seminario. Hay normas claras, hay que pedir un informe siempre, para saber por qué esa persona dejó el otro seminario.

-Esta semana se supo el caso del sacerdote Fernando Karadima. Da la sensación que esto no para…

-Sí, lamentablemente. Es un proceso que el cardenal Errázuriz ha llevado. Confío en Dios que en este caso, como en otros, se haga la verdad. Siempre, ante cualquier denuncia, tenemos que investigar y proceder con mucha objetividad y eso ha hecho el cardenal. De este dolor, Dios sabrá sacar algo bueno. Por muy dolorosa que sea la verdad, en este tema o en otros, la verdad nos hace libres. Si algo hemos aprendido de todos estos episodios es la necesidad de transparencia. Hay que dejar que los tribunales y el Arzobispado hagan su trabajo.

-En Estados Unidos y Europa, se presentó una demanda contra el Papa y la autoridad eclesiástica ante una Corte Federal. Se exige la entrega de los archivos del Vaticano y una indemnización monetaria. ¿Qué efectos puede tener?

-No creo que tenga mayor efecto, hay mucha gente que busca publicidad y eventualmente dinero. Hay una corriente en Europa y en América del Norte que quiere arrinconar a la iglesia a la sacristía. Es el laicismo más radical, que reconoce a las personas el derecho a practicar su religión, con sus ritos, pero que los vivan en la intimidad del templo, que no se pretenda influir en las conciencias, en las leyes o la concepción del mundo. ¿Cuál es la única voz que hoy defiende el derecho del nonato? ¿Frente a la eutanasia? Quieren minar a la única autoridad moral en el mundo que sigue defendiendo valores esenciales.

-¿Se ha puesto en jaque esa autoridad moral de Iglesia?

-Yo creo que en cierta medida, lamentablemente, sí. Yo ya soy viejo, pero si tuviera que morir por defender la vida del niño que está por nacer, lo haría. Los que me conocen saben lo que yo me jugué en Concepción en la época de los derechos humanos, pero esa misma pasión con que defendí en ese momento, la tengo hoy para defender al niño no nacido. En esa época me decían comunista y ahora, que soy retrógrado y conservador, pero es el mismo principio que está en juego, la vida. El problema de fondo de todo lo hablado es ese: la Iglesia en el siglo pasado se enfrentó al nazismo, al facismo y al comunismo; hoy está enfrentada al laicismo.

 


 

Jesuita francés, nuevo rector de la Universidad Gregoriana

Jesuita francés, nuevo rector de la Universidad Gregoriana
El padre François-Xavier Dumortier SJ

ROMA, lunes 26 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El sacerdote François-Xavier Dumortier S.I., hasta hace poco provincial de los jesuitas en Francia, antiguo rector del Centro Sèvres de París, con experiencia académica en los Estados Unidos, será el próximo rector de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

El mismo Benedicto XVI ha hecho este nombramiento, confirmado este martes a ZENIT por la secretaría general de esta Universidad, heredera del Colegio Romano, fundado por san Ignacio de Loyola, y encomendada por la Santa Sede a la Compañía de Jesús.

El padre Dumortier sustituirá en este cargo el próximo 1 de septiembre al padre Gianfranco Ghirlanda, S.I., consultor de numerosos dicasterios vaticanos, quien concluye el segundo trienio para el que había sido reconfirmado.

El padre Dumortier, que ha estudiado filosofía y teología en el Centro Sèvres de París y en la Weston Jesuit School of Theology, de Cambridge Massachusetts, en un mensaje hecho público este martes reconoce: "Soy totalmente consciente de la importancia de la Universidad Pontificia Gregoriana en la Iglesia y para la Iglesia".

"Hasta ahora --añade, dirigiéndose a la comunidad académica--, no he tenido oportunidades para conocer bien, desde el interior, esta prestigiosa institución que reúne tantas capacidades y tanta entrega. Por tanto, tengo todo que aprender de cada uno de vosotros".

El padre Dumortier añade dirigiéndose a la comunidad académica de la Gregoriana: "Os dedicaré el tiempo necesario en los próximos meses y semanas, mientras iré aprendiendo un idioma que, hasta ahora, escuchaba con gusto, sin saber hablar: el italiano".

En realidad, aunque no ha sido profesor en la Gregoriana, el padre Dumortier está bien informado sobre su vida académica, gracias a su participación en la Comisión Interprovincial Permanente, un comité consultivo del prepósito general, el padre Adolfo Nicolás S.I., para las instituciones académicas de la Compañía de Jesús en Roma.

Nacido el 4 de noviembre de 1948 en Levroux, Francia, el padre Dumortier entró en la Compañía de Jesús a los 25 años, después de haber estudiado Ciencias Políticas en el Instituto de Estudios Políticos de París, y derecho en la Universidad Panthéon-Assas Paris II, en la que se licenció y especializó en Filosofía del Derecho.

Durante veinte años ha sido profesor de Filosofía, en particular de Ética Filosófica, en el Centro Sèvres, la Facultad de Filosofía y Teología de los Jesuitas de Francia, del que fue rector entre 1997 y 2003. Desde aquel año hasta 2009, ha sido superior de la provincia de Francia de la Compañía de Jesús.

La Universidad Gregoriana recibe su nombre del Papa Gregorio XIII, quien en 1584 inauguró la nueva sede de ese centro de estudios superiores, que había fundado en 1551 el fundador de la Compañía de Jesús.

Hoy tiene seis facultades (Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Historia y Bienes Culturales de la Iglesia, Misiología, Ciencias Sociales), tres Institutos (Espiritualidad, Psicología, Estudios Interdisciplinares sobre Religiones y Culturas), y cuatro centros (Interdisciplinar sobre Comunicación Social, Interdisciplinar para la Formación de los Formadores al Sacerdocio, "Cardinal Bea" para Estudios Judíos, e Interdisciplinar Laikos).

La Universidad Pontificia Gregoriana cuenta con unos tres mil estudiantes, procedentes de más de 130 países, de 821 diócesis, y de 84 órdenes, congregaciones o institutos religiosos. Esta universalidad se caracteriza también por el claustro de profesores, procedente de unos 40 países. 
 

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domingo, abril 25, 2010

La crisis de la pederastia en la Iglesia en 1.001 palabras

La crisis de la pederastia en la Iglesia en 1.001 palabras
Y la respuesta de Benedicto XVI

ROMA, domingo 25 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El New York Times (NYT) publica (12/3/10) que en 1980 la archidiócesis de Múnich y Freising, siendo Joseph Ratzinger obispo, acogió y finalmente reincorporó a un sacerdote acusado de abusar sexualmente de niños. El cura perpetró más tarde nuevos abusos y fue procesado. Como se ha demostrado después, quien tomó la decisión de readmisión no fue Ratzinger sino el vicario general: la reasignación tuvo lugar en septiembre de 1982, cuando Ratzinger ya estaba en Roma .

Por las mismas fechas (5/03/10) se intenta implicar al hermano de Ratzinger, pero la acusación no se sostiene.

La respuesta de Benedicto XVI

Benedicto XVI (19/03/10) escribe una carta a los católicos de Irlanda sobre los abusos a niños y jóvenes por parte de clérigos, destapados por los informes  Murphy (julio 2009) y Ryan (mayo 2009). Irlanda es el segundo país tras Estados Unidos donde se investiga a fondo.

En la misiva, Benedicto XVI apunta 8 causas de este desastre: 1) inadecuada respuesta a la secularización, 2) descuido de prácticas sacramentales y devocionales (confesión frecuente, oración diaria y retiros anuales), 3) tendencia a adoptar formas de pensamiento y juicio sin referencia suficiente al Evangelio; 4) tendencia a evitar enfoques penales de las situaciones canónicamente irregulares; 5) procedimientos inadecuados para determinar la idoneidad de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa; 6) insuficiente formación humana, moral, intelectual y espiritual en los seminarios y noviciados; 7) tendencia social a favorecer el clero y otras figuras de autoridad y 8 ) preocupación fuera de lugar por el buen nombre de la Iglesia y para evitar escándalos.

A las víctimas dice: "Habéis sufrido inmensamente y eso me apesadumbra en verdad. Sé que nada puede borrar el mal que habéis soportado. (...)  Es comprensible que os resulte difícil perdonar o reconciliaros con la Iglesia. En su nombre, expreso abiertamente la vergüenza y el remordimiento que sentimos todos. Al mismo tiempo, os pido que no perdáis la esperanza". A los sacerdotes y religiosos que han abusado de niños: "Debéis responder de ello ante Dios todopoderoso y ante los tribunales debidamente constituidos". A los obispos: "No se puede negar que algunos de vosotros y de vuestros predecesores habéis fallado, a veces gravemente, a la hora de aplicar las normas, codificadas desde hace largo tiempo, del derecho canónico sobre los delitos de abusos de niños. Se han cometido graves errores en la respuesta a las acusaciones".

Benedicto XVI propone cinco medidas: 1) un año de penitencia, 2) redescubrir el sacramento de la Reconciliación (la confesión), 3) fomentar la adoración eucarística; 4) una Visita Apostólica (una inspección) en algunas diócesis, seminarios y congregaciones religiosas; 5) una misión para todos los obispos, sacerdotes y religiosos. En otras palabras: hacer limpieza.

Más cargos aún

El 24/03/10,NYT apunta directamente a Benedicto XVI como responsable de un caso, cuando era todavía cardenal: el de Lawrence Murphy, que abusó de niños sordos en los 70 en Milwaukee y no fue condenado ni por la justicia ordinaria ni por el arzobispado. Como se ha visto después, la falta de diligencia en el castigo del malhechor fue culpa del propio arzobispado local: el caso no llegó al Vaticano hasta los 90. El sesgo de la noticia periodística puede explicarse por errores de traducción y porque el artículo bebe de dos fuentes: los abogados que han denunciado al Arzobispado (uno de ellos, Jeffrey Anderson, tiene litigio abierto contra la Santa Sede) y el arzobispo retirado de Milwaukee Rembert Weakland, en activo cuando sucedió todo.

El 2/2/10 Associated Press lanzó otra acusación contra Benedicto XVI, cuya pruebas se demostraron falsas. El 9/4/10 volvió a la carga NYT con más acusacionescon igual suerte.

En resumen, las acusaciones contra la Iglesia son tres: 1) algunos sacerdotes católicos abusaron de niños, 2) muchos obispos lo ocultaron, y 3) Benedicto XVI es personalmente responsable. Con datos en la mano, el n. 1 es lamentablemente cierto en una ínfima minoría del colectivo; n. 2 se afirma en determinados prelados y n. 3 es rotundamente falso.

 


Las consecuencias

Algunos piden juzgar al Papa por encubrimiento, y aprovechan para suspender al catolicismo en su conjunto. Otros de funesto recuerdo ya habían intentado, tiempo atrás usar los delitos de unos pocos para desacreditar a toda la institución. Algunos abogados intentan sacar provecho. No han faltado voces amigas del Papa desde el judaísmo, desde el agnosticismo y, en general, desde ambientes intelectuales.

El Vaticano ha puesto sobre la mesa la información que tiene. Tal ejercicio de transparencia ha llegado al extremo de que el fiscal del Vaticano hable sobre los casos de abusos enuna documentada entrevista. La Santa Sede ha publicado los reglamentos por los cuales se juzgan estos casos y abundante documentación.

Dentro de la Iglesia, ha habido partidarios de la ruptura y partidarios de la renovación. Ruptura: 1) algunas voces reclaman una revisión del celibato y de la moral católica, aunque expertos y opinadores incluso  no católicos han denunciado con datos la inexistencia de tal vinculación causa-efecto. 2) exponentes antirromanos de cierta edad han reclamado la dimisión del Papa o una reforma.

Renovación: muchos han aplaudido el posicionamiento de Benedicto XVI de tolerancia cero, petición de perdón y penitencia y conversión. Muchos católicos han salido de la perplejidad buscando la verdad de los hechos. La operación limpieza iniciada años atrás ha retomado impulso: desde la carta a Irlanda han dimitido dos obispos irlandeses, un americano, un alemán, unnoruego y un belga. El liderazgo interno de Benedicto XVI es mayor ahora: se percibe Benedicto XVI como parte de la solución, y no parte del problema.

Además de la Iglesia, pocos han priorizado la protección de las víctimas y las medidas para acabar con la pederastia. Es una lástima, tanto más cuando se constata que es un problema transversal: afecta más gravemente a muchos otros colectivos sociales. Países como Alemania, ya lo afrontan globalmente. Algunos articulistas han apuntado a la culpa que en la extensión del fenómeno haya podido tener la revolución sexualde los sesenta y su simpatía declarada hacia la pedofilia.



Por Marc Argemí, creador del blog http://bxvi.wordpress.com/


 


 

 

jueves, abril 22, 2010

Solución en el Maule desde la Iglesia


Caritas y Fundación Crate entregan primeras soluciones habitacionales definitivas en el Maule

Recuperar la esperanza y volver al hogar, en el testimonio de María Bernarda Rivera, de Curepto.

En esa carpa durmió más de un mes María Bernarda, luego que su casa se cayera con el terremoto
En la Región del Maule se estima que son 50 mil las viviendas seriamente dañadas a causa del terremoto del 27 de febrero, de ellas, 23 mil fueron totalmente destruidas. El drama humano que eso significa para las familias se acrecienta a medida que llegan los meses de invierno, de lluvia y de frío.

Una de las personas que perdió todo aquella noche es la señora María Bernarda Rivera, que vive en Curepto y que vio como esa noche su casa se desmoronaba. En dos minutos y medio se quedó sin nada, ella, su hermano semi inválido y un caballero al que le arrendaba una pieza.

A pesar de la tragedia, María Bernarda se mantuvo optimista porque "tengo fe en el señor" nos comenta, y claro, como mujer de fe, tiene claro que la oración es el consuelo que necesitan las personas en este momento de confusión para muchos.

La historia de María Bernarda comienza años atrás, en Curepto, cuando la vocación religiosa la envió Santiago, donde luego de un tiempo deicidió estudiar pedagogía, transformándose en profesora de educación musical. "Desgraciadamente nunca pude hacer clases en Curepto, como era mi sueño, para enseñarle a los niños de aquí" se lamenta.

Pero cuando jubiló, volvió a Curepto a vivir y hacerse cargo de su hermano, que sufre de una polineuropatía diabética que lo tiene postrado en una silla de ruedas en estado de semi inválidez. Con él vivía en la casa que se cayó, viviendo tan solo de su jubilación que, "la verdad no me alcanza mucho para vivir" nos cuenta.

En Curepto, además de dedicarse a cuidar a su hermano de 65 años de edad, trabaja como delegada de la misión permanente de la Pastoral Social porque dice que desde pequeña tuvo una vocación por ayudar. Esa vocación se vió reflejada esa misma noche del terremoto, en la que a penas logró rescatar a su hermano de entre los escombros se dedicó a acompañar a las personas en la oración, en los momentos en que más necesitaban palabras de aliento y esperanza.

A pesar de tener a su hermano inválido y de estar sin casa, nunca se desanimó, ni aún cuando le pasaron una carpa en la que durmió las heladas noches que siguieron al terremoto. "No me hago ningún problema con dormir en una carpa, porque me acuerdo de los campamentos que hacíamos con los niños en Valdivia, me preocupa más mi hermano, que está donde otra de mis hermanas que lo recibió por un tiempo, hasta que encuentre donde vivir".

Esta es la casa que obtuvo gracias al aporte de instituciones que hicieron posible que ella volviera a tener un hogar para cuidar de su hermano enfermo
Esa bondad y optimismo que irradia al hablar María Bernarda, sólo puede tener un final feliz, y es que gracias a la voluntad de diversas instituciones, hoy recibió una casa para que ella y su hermano puedan volver a tener un techo en el que cobijarse, una solución definitiva de 30 metros cuadrados, con aislación térmica, dos dormitorios y sala de estar, ampliable y acogedora. Es tanto el espíritu de servicio de esta voluntaria de la Pastoral Social de la Diócesis de Talca, que de no haber sido por su hermano enfermo no habría recibido la casa para que otros más necesitados tuvieran esa oportunidad.

Es difícil imaginar la sensación de perderlo todo. Porque ya no es sólo la angustia del terremoto, sino además el no tener nada y María Bernarda lo sufrió al alero de la oración, entregando compañía a quienes estaban en esa difícil situación y recordando el mensaje cristiano de la solidaridad y la esperanza de quien tiene fe. Con esta casa, ahora podrá cuidar de su hermano y ocuparse de otros menos afortunados que ella, entregando el mensaje de la fe en Curepto, una ciudad que lo necesita para volver a levantarse más unidos y solidarios que antes.

Experiencias como la de María Bernarda hay muchas, son miles de personas que hoy no tienen nada en la Región del Maule y no queda sino trabajar fuertemente para que la fe de estas personas se transforme en la vuelta al hogar que todos esperamos.


 

martes, abril 20, 2010

Virus vegetal


 

Manchas oscuras y protuberancias son signos de que un vegetal está "apestado", es decir, está infectado con un virus que se transmite sólo entre plantas. Eso se creía hasta ahora, sin embargo, los resultados de una investigación realizada en Francia desafían esta creencia. Según el estudio, un virus presente en el pimentón puede producir fiebre, dolor estomacal y picazón en la piel. De confirmarse estos hallazgos, se trataría de la primera vez que se comprueba que un virus vegetal ataca al ser humano.

Se trata del Pepper mild mottle virus, un microorganismo que ataca a los pimentones a través del contacto entre una planta sana y una infectada y también a través de semillas extraídas de ejemplares contagiados.

Los investigadores de la Universidad de la Méditerranée tomaron 357 muestras de deposiciones de adultos y 208 de menores. Los análisis detectaron la presencia del patógeno en los residuos de 22 de los mayores (el 7,2%) y en un niño.

La aparición de síntomas como fiebre, dolor abdominal y picazón afectó a un 39% de estos pacientes, mientras que fue observada sólo en un 7% de los pacientes sanos. "Entregamos la primera evidencia de que los virus de plantas pueden provocar enfermedades en humanos", afirman los autores del estudio publicado en la revista PLoS ONE.

Los pacientes con el virus que experimentaron los síntomas también generaron una respuesta inmune específicamente dirigida contra este microorganismo. Esto, a juicio de los investigadores, respaldaría la hipótesis de que el virus sí produce alteraciones en el cuerpo humano.

Bajo lupa

La investigación ha generado controversia al interior de la comunidad científica, pues hasta ahora la ciencia afirma que existe una barrera infranqueable que impide a los virus vegetales atacar a organismos animales y humanos.

El virólogo norteamericano Robert Garry señaló a la revista especializada New Scientist que los síntomas que los investigadores franceses atribuyen al virus pueden haberse producido por cualquier otra razón y que su aparición sólo coincidiría con la presencia del agente patógeno.

Para entrar a una célula sana y replicarse, el virus debe unirse a la superficie de la célula a través de una sustancia llamada receptor. Según Garry, es muy improbable que un virus vegetal sea capaz de reconocer a un receptor de una célula humana, lo que impediría su contagio.

Pero Didier Raoult, líder del estudio, dice que es posible que el virus no infecte directamente a las células, como ocurre normalmente. A su juicio, la sola presencia del virus podría alterar las funciones de determinados genes en las células sanas, lo que deriva en la aparición de los síntomas.

Virus verdes

Es muy probable que en nuestra alimentación diaria, los humanos traguemos una gran cantidad de virus que "enferman" a frutas y verduras. Sin embargo, éstos pasan por el organismo sin causar ninguna alteración."Los virus vegetales tienen sistemas reproductivos muy distintos a los de las células mamíferas, de manera que no pueden aprovechar el sistema metabólico de la célula para reproducirse", dice Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes, quien agrega que si este hallazgo se confirma, "sería muy novedoso".


 

Sicarios asesinan a periodista en el norte de México


 

Grave Situación en la India por los cristianos


                                                                                          oracion por nuestros hermanos en india
 
                                                                                          Misiones ,sentir con el corazon de Dios.
                                                                                         

Amados amigos en Cristo

Una de nuestros hermanos en Cristo, Ali Enokido nos pidio que oraramos:

 

"Peticion de oracion urgente!" Por favor, oren por las iglesias en India. Extremistas budistas en India quemaron 20 iglesias la noche pasada. Esta noche planean destruir 200 iglesias en la provincia de Olisabang. Ellos planean matar 200 misioneros en 24 horas.

En este momento todos los cristianos estan escondiendose en aldeas. Por favor, oren por ellos y envien este email a los cristianos que conozcan. Por favor, pida a Dios que tenga misericordia de nuestros hermanos y hermanas en India. Cuando reciva este mensaje reenvielo. Por favor ore por ellos y encomiende este asunto a nuestro Todo Poderoso y Victorioso Senor!"

 

Con amor en Cristo...

 

 


 

 



 I just got this message please pray


 

Beloved friends in Christ

One of our Christian friends, Ali Enokido requested us to pray:

"Urgent prayer request! Please pray for churches in India . Buddhist extremists in India burned down 20 churches last night. Tonight they plan to destroy 200 churches in the province of Olisabang . They plan to kill 200 missionaries within 24 hours.

Right now all Christians are hiding in villages. Please pray for them and send this mail to Christians you know. Please ask God to have mercy on our brothers and sisters in India . When you received this message, please send this urgent prayer request forward. Please pray for them and commit this matter in our Almighty and Victorious Lord!"

Love in Christ