domingo, enero 16, 2011

Confesiones del cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga





Confesiones del cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga
Entrevista con el prelado hondureño, presidente de Caritas

ROMA, domingo, 16 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga cuenta que uno de sus grandes amores es formar seminaristas en su camino al sacerdocio. Añade que la primera pregunta que hace a estos jóvenes es sobre su amor a Cristo, puesto que un sacerdote "no está siguiendo una idea o una teoría o solo a una persona del pasado", sino "a Cristo vivo que está en medio de todos nosotros y que nos llama cada día".

Esta es una de las reflexiones que el cardenal hondureño, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis, hace en la primera parte de esta entrevista, en la que habla de su vocación salesiana y la devoción mariana de los hondureños.

En la segunda parte, que ZENIT publicará el lunes, 17 de enero, el cardenal Rodríguez Maradiaga hablará de la corrupción en América Latina y de la esperanza que suponen sus jóvenes.

--Usted entró en los salesianos a la edad de 19 años. ¿Sintió usted su vocación a una edad temprana?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Tenía 10 años. Estaba entonces en la escuela secundaria y quise ir al aspirantado cuando tenía 12 años, al terminar la secundaria, pero mi padre me dijo: "No, no irás porque eres demasiado vivo y te mandarán a casa al primer día". Comprendí después que tenía razón. Y me dijo: "Cuando termines el instituto te llevaré al seminario". Y así fue la historia. Entré como aspirante. Fui aceptado, y luego fui al noviciado y entré como salesiano a la edad de 18 años.

--¿Quién o qué fue decisivo a la hora de adoptar esta decisión?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Tuve la gran suerte de estudiar en un colegio salesiano. Me impresionaba el cuidado que tenían por nosotros los jóvenes. El espíritu que había en nuestra escuela era jugar, cantar, rezar y estudiar mucho. Se nos tenía que echar de la escuela cuando acababa el día porque no queríamos irnos a casa. Teníamos un hermoso espíritu. Y un día el director, que luego sería mi antiguo arzobispo, cuando venía de misa me preguntó: "¿Querrías ser sacerdote?". Y le dije: "Por supuesto". Y así fue.

--Usted ha dicho que uno de sus grandes amores era enseñar en el seminario. ¿Cuál es la primera pregunta que le haría a un joven que le expresara interés por entrar en el seminario?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Lo primero es su amor por Cristo, porque esta es la clave. No estás siguiendo una idea o una teoría o solo a una persona del pasado. Estás siguiendo a Cristo vivo que está en medio de todos nosotros y nos llama cada día. Así que esa sería la primera pregunta.

--Usted ha dicho que hay dos cosas que unen al pueblo hondureño: el equipo de fútbol y Nuestra Señora de Suyapa. ¿Puede hablarnos de Nuestra Señora de Suyapa y qué amor tienen los hondureños por Nuestra Señora?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Bien, es una imagen pequeña. Sólo tiene seis centímetros de alto. Es una imagen de madera que fue encontrada en 1747, cuando nuestro pueblo "se estaba disolviendo". Se ha calculado que cuando los españoles llegaron en 1502 sólo había 200.000 hondureños. ¿Por qué? Porque en el siglo VIII los emigraron a Guatemala y luego a Yucatán, dejando la tierra casi abandonada y vacía. Algunos dicen que hubo una guerra entre las tribus, otros dicen que fue una epidemia, otros dicen que "El Niño" había agotado la tierra y no fue posible cultivar más. En cualquier caso, el hecho es que habían quedado muy pocos y nuestra nacionalidad desaparecía. En este contexto, se encontró a Nuestra Señora. Se descubrió la imagen.

--¿Es una imagen milagrosa?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Sí, es muy milagrosa. Es una imagen de madera que dos campesinos que dormían al abierto encontraron en la montaña. Un joven sintió algo en su espalda. Lo arrojó tres veces (pero siguió sintiéndolo en su espalda) y la tercera vez el otro hombre le dijo: "Ponlo en tu saco y mañana veremos qué es". Cuando llegaron a la pequeña aldea en que vivían, llamada Suyapa - en lengua india significa "lugar de palmeras" - vieron que era una imagen y se pusieron a rezar, y comenzaron los milagros, hasta que fue posible hacer una pequeña iglesia, y luego otra, y ahora tenemos una gran capilla.

--América Latina no carece de desafíos. Usted mismo ha dicho que la "globalización" es la glotonería de unos pocos, que están dejando a la mayoría al margen de la historia. ¿Podemos decir que esto es algo que se ha acusado especialmente hoy, sobre todo con la crisis económica?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: El Santo Padre ha indicado en repetidas ocasiones que es una crisis de ética la que ha dejado a la mayor parte de la población de nuestro mundo fuera. Al principio era como una marginación, no una exclusión. Hoy no hay ni siquiera un margen para ellos. Soy el presidente de Caritas Internationalis, por lo que sé que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha dicho que no hay dinero para aliviar la pobreza en el mundo. Siete mil millones de dólares habrían bastado y un mes más tarde dan 600 mil millones para salvar a algunos bancos del mundo, y no dejan de arrojar dinero al "saco" porque es un saco sin fondo. Todavía no han llegado al fondo y siguen arrojando y arrojando dinero en él. Si se dividen los 600 mil millones de dólares entre los 6.500 millones de habitantes del mundo... la pobreza desaparecería inmediatamente.

Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada. La traducción del original en inglés ha sido realizada por Justo Amado.


Más información en
 
www.ain-es.orgwww.aischile.cl   



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Jornadas Mundiales de la Juventud


Juan Pablo II, patrono de la Jornada de la Juventud 2011
El futuro beato acompañará a santos españoles como intercesor del evento

MADRID, domingo, 16 de enero de 2011 (ZENIT.org).-  Juan Pablo II, bajo cuyo pontificado comenzaron las Jornadas Mundiales de la Juventud, ha sido nombrado patrono de la  edición Madrid 2011, tras el anuncio de su beatificación, prevista para el próximo 1 de mayo.

El cardenal Stanislaw Rylko,  presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, 'ministerio' vaticano encargado de las Jornadas Mundiales, anunció la noticia este viernes en un congreso de más  de 200 delegados de todo el mundo reunidos en Madrid para preparar la próxima Jornada.  

El purpurado polaco recordó cómo Karol Woytila se consideraba "amigo de los jóvenes" y confesó una gran alegría "por poder comunicar la noticia durante esta reunión de delegados". Los asistentes recibieron en pie con emoción y un largo aplauso este anuncio.

Monseñor César Franco, coordinador general de la Jornada Mundial de la Juventud  de Madrid 2011 y obispo auxiliar de Madrid, explicó Juan Pablo II se suma a la lista de los grandes santos españoles intercesores de esta edición: san Isidro Labrador, santa María de la Cabeza, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier, san Juan de la Cruz, san Juan de Ávila, santa Rosa de Lima y san Rafael Arnáiz.

Más información en http://www.madrid11.com






 

viernes, enero 14, 2011

Preocupación en la Iglesia chilena por proyecto de ley que limita a las escuelas católicas

Preocupación en la Iglesia chilena por proyecto de ley que limita a las escuelas católicas

Publicado 2011/01/14
Autor: Gaudium Press
Sección: América

Santiago (Viernes, 14-01-2011, Gaudium Press) Por medio de una carta dirigida al director del diario El Mercurio, el Presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile y Obispo de San Marcos de Arica, monseñor Héctor Vargas, manifestó la preocupación de la Iglesia chilena por el proyecto de ley sobre "calidad y equidad de la educación" que se debate por estos días en el Congreso.

Según el pastor, es alarmante que el mejoramiento de la educación municipal quiera hacerse en desmedro de la educación particular subvencionada, "ya que ésta no sólo no tendría acceso a ninguno de los beneficios y recursos económicos ofrecidos a las escuelas municipales, sino que además se estarían estudiando, sólo para ella, una nueva cantidad de limitaciones para abrir otros colegios. Se trataría de evitar, en cierta forma, que continúe la migración de alumnos hacia esta modalidad. Esto atentaría contra el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos".

Asimismo destacó que medidas como estas afectan directamente a la educación católica, resultando perjudiciales para un gran numero de escuelas. "Lo que no se comprende en un sistema democrático como el nuestro, es la razón por la cual se quiera sancionar y discriminar, privando de recursos y restringiendo la extensión de una modalidad de educación de la cual forman parte la inmensa mayoría de las escuelas católicas, que en la actualidad y no obstante sus limitaciones, prefiere una considerable proporción de las familias chilenas a la hora de educar a sus hijos: un 52% de los alumnos", dijo.

"No parece ser adecuado el criterio según el cual para mejorar lo que presenta serios problemas (educación municipal), haya que limitar y mortificar de diversos modos lo que funciona mejor y administra en forma responsable tanto los recursos del Estado como los aprendizajes. Dudo que esto colabore a `mejorar la calidad y equidad de la educación chilena´, como reza el título del proyecto. Finalmente, al hablar de educación pública, cabe recordar que la educación es siempre un enorme servicio público, independientemente de quien lo ofrezca", concluyó.

 
Atte.


P.MAURICIO ARANCIBIA PORTILLA
Párroco de Santa Cruz -VICARIA DE EDUCACIÓN  MIembro Oclacc
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lunes, enero 10, 2011

Vivir en Magallanes

Vivir en Magallanes

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Carlos Parker
ex embajador y ex director de Coordinación Regional del Minrel.

Hasta el día de hoy y desde tiempos inmemoriales, cada vez que algún magallánico viaja "al norte", sea con destino a Puerto Montt, Concepción, Santiago, Iquique o Arica, todas ciudades que para un coterráneo de tomo y lomo están situadas genéricamente en el remoto norte del país, los amigos y parientes despiden al viajero con un sonoro "manda fruta".

La frase, no del todo entendida en su significado más profundo por los "nortinos" de paso o avecindados en la región, refleja una realidad extensa y representativa. En este caso, relativa al consumo de un producto al que cualquier chileno que no viva en el extremo sur del país tiene corrientemente acceso, pero que para los magallánicos ha representado desde siempre una delicia de precios exorbitantes y prohibitivos.

Por lo mismo, para alguien que habite en Puerto Natales, Punta Arenas, Porvenir, Timaulken o Puerto Williams, degustar una manzana, probar de un racimo de uvas, deleitarse con un durazno, un melón o una sandía, y hasta disfrutar de un popular tomate, significa siempre un desembolso considerable de dinero. Por regla general, equivalente a unas cinco o seis veces a lo que un chileno paga normalmente en la zona central de y aledañas.

Chile no puede seguir viviendo de espaldas a sus regiones. Las regiones de Chile no pueden continuar siendo tributarias de Santiago ni seguir dependiendo hasta para las cuestiones más mínimas de lo que se decide en la Metrópoli, como si se tratara de provincias conquistadas por el antiguo Imperio Romano.

Algo muy semejante en términos de carestía ocurre con la inmensa mayoría de los productos alimenticios de consumo habitual e ineludible para cualquier familia magallánica, los cuales por razones climáticas no pueden ser producidos localmente y, por lo mismo, deben ser forzosamente "importados" desde otras zonas del país. Otro tanto ocurre con los servicios de toda índole, empezando por aquellos de primera necesidad, con lo cual se configura un cuadro de carestía estructural y excepcional que es preciso conocer para incorporar como dato crucial a la hora de adoptar cualquier decisión relativa a la región.

Evidentemente, los costos del transporte, habida cuenta de las distancias, constituyen un componente decisivo y de efectos devastadores en el valor magallánico de cualquier tipo de insumos y productos. Trasladar un contenedor desde la zona central hasta Punta Arenas implica un extenuante recorrido de miles de kilómetros el cual incluye un forzoso y largo tramo por territorio argentino. La alternativa a este periplo de vértigo será embarcar los camiones en Puerto Montt para desembarcarlos en Puerto Natales, pero en cualquier caso, el transporte implicará una alta inversión en medios, dinero y tiempo la que irremediablemente repercutirá en el bolsillo de los consumidores.

Volar hacia o desde Magallanes es un asunto distinto, más rápido pero inmensamente más caro. A los turistas extranjeros les produce verdadero asombro constatar que con las dos horas y cuarenta y cinco minutos de vuelo efectivo que toma viajar desde Santiago a Punta Arenas, alguien podría atravesar el continente europeo de este a oeste pasando por encima de tres, cuatro o más países, trasladarse desde Europa al Asia, o en tiempo menor o equivalente, llegar casi al corazón del continente africano.

Pero con toda seguridad, a esos mismos turistas les debe resultar todavía más inexplicable darse cuenta que con el valor que pagan por ese boleto en cualquiera de las dos compañías que controlan el duopolio del transporte aéreo a Magallanes, perfectamente podrían pagarse, por ejemplo, un pasaje de ida y regreso entre Roma y Paris o Madrid, con hotel incluido por un par de noches. De un modo parecido a como un chileno, por el mismo dinero que paga por volar desde o hasta Punta Arenas en condiciones de urgencia, podría ir desde Santiago un par de veces ida y vuelta a Buenos Aires, llegar hasta Lima o Río de Janeiro, y con un poco de suerte, la debida anticipación en la compra del pasaje y un poco mas de dinero, llegar incluso hasta el dorado Caribe.

Por todas estas razones a muchos extranjeros que nos visitan les perece encomiable observar nuestra realidad como país largo y diverso pero unido de norte a sur. Especialmente cuando la comparan con sus propias circunstancias nacionales permanentemente sometidas a fuerzas disgregadoras. Por ejemplo, en los casos de naciones como Francia, España, Bélgica. Holanda, entre otras, las cuales corren permanente peligro de fragmentarse por efecto de las particularidades económicas, culturales, sociopolíticas y hasta lingüísticas presentes y actuantes.

Es por lo mismo que a no pocos les parece punto menos que un milagro que Chile, pese a toda su longitud y diversidad de realidades se mantenga sin embargo todavía íntegramente unido y sin amenazas objetivas o latentes de secesiones regionales. Claro que nuestros visitantes no saben de que modo y con que contumacia la paciencia y el sentido nacional y patriótico de los chilenos que habitan regiones extremas es puesta permanentemente a prueba por los burócratas que habitan y deciden en Santiago.

Los magallánicos viven lejos, aislados y acaso hasta ignorados por el resto de Chile. Pero son obligados a vivir mirando hacia el norte del país. Por ejemplo usted mismo, aunque quisiera conocer Magallanes es completamente libre de abstenerse de viajar hasta el extremo sur de Chile si acaso no está en situación de invertir una pequeña fortuna en un pasaje aéreo y, por lo mismo, deba resignarse a dejar de contemplar con sus propios ojos las maravillas magallánicas y disfrutar del carácter afable y acogedor de sus habitantes.

Los magallánicos no tienen esa opción. Ellos están obligados a viajar periódicamente a la zona central por razones laborales, de estudio, por motivos médicos e incluso, hasta para realizar algún trámite burocrático imposible de resolver en la propia región, por obra y gracia del rampante centralismo burocrático y la impotencia aceptada de las autoridades regionales.

En síntesis, los magallánicos pagan muchísimo más caro que cualquier otro chileno por todo lo que consumen a diario. Pero salvo excepciones, no ganan salarios más altos que el resto de sus compatriotas, ni mucho menos.

Adicionalmente, los magallánicos deben lidiar todo el año con el rigor del clima, razón por la cual consumen gas prácticamente los 365 días del año. En primer lugar, para calefaccionar sus propios hogares, pero también para alimentar el transporte público.

Por todas estas razones, los magallánicos estiman con muy buenas razones, que la anunciada alza de las tarifas del gas constituye un golpe bajo, un abuso inaceptable y una expresión de insensibilidad e incomprensión centralista que debe ser enfrentada resueltamente. Tal y como lo han demostrado los miles de habitantes de Punta Arenas que han salido a la calle a manifestar su protesta e indignación con una masividad, transversalidad política y energía pocas veces vista, en una auténtica versión 2.0 del célebre "puntarenazo" contra el dictador en los años ochenta.

Evidentemente, las explicaciones ofrecidas desde la comodidad veraniega de Santiago por la Ministra Vocera y el Ministro de Energía, respectivamente, han contribuido sensiblemente a caldear todavía más los ánimos. La Ministra Von Baer ha presentado urbi et orbi datos comparativos de lo que paga un magallánico por su cuenta de gas versus lo que paga un habitante de Santiago por el mismo consumo, haciendo aparecer la comparación como un manifiesto abuso y privilegio (le faltó decir una frescura) de parte de los habitantes australes, el cual debe ser eliminado sin más trámite ni contemplaciones.

Por su parte el Ministro de Minería, con un talante parecido y casi en todo de denuncia, con su peregrina argumentación explicativa ha aportado lo suyo en la exacerbación de los ánimos. Afirmar olímpicamente que con el alza de tarifas al gas en Magallanes se trata de corregir una distorsión de mercado destinada a promover que las empresas se interesen por desarrollar proyectos energéticos, es un criterio que no resiste mayor análisis ni comentarios.

Cuando se argumenta desde la arrogancia centralista, el desconocimiento de las singularidades regionales o locales, cuando se razona y se actúa desde el liberalismo mercantil a ultranza y la lógica implacable de los negocios, del dinero, del lucro y el exclusivo interés privado, se olvida un dato esencial de una sociedad moderna y democrática: la economía debe estar siempre al servicio de las personas de carne y hueso. Jamás los seres humanos deben ser puestos al servicio de la economía, la cual no constituye un fin en si misma sino un simple medio técnico para alcanzar mejores estándares de calidad de vida para los individuos.

Y ya que hablamos de gas, de economía y de proyectos estratégicos viables o inviables, podríamos empezar por recibir una explicación creíble para la extraña circunstancia de que las empresas privadas que se adjudicaron los bloques para exploración y explotación de gas en Magallanes, los que fueran licitados en su oportunidad, hayan efectivamente encontrado gas en los mismos territorios en que ENAP no pudo encontrarlo jamás. También seria oportuno que ENAP, como empresa pública que es, diera a conocer los términos precisos de sus contratos de abastecimiento con empresas como GASCO o METANEX, los cuales suscitan serias interrogantes que deben ser aclaradas.

La medida que hoy afecta a la población de Magallanes, ciertamente adoptada en Santiago y entre gallos y medianoche, evidencia una absoluta falta de criterio y de sensibilidad con la realidad y las necesidades más acuciantes de una región extrema. Constituye una decisión que de concretarse, y todo indica que así será, tendrá profundas y negativas consecuencias en el nivel de vida de los magallánicos y que con toda probabilidad tenderá a incrementar la exasperación de una región agobiada por el asfixiante centralismo y las inequidades de que son víctimas todos los chilenos que no residen en la capital.

Por demás, todos los Estados, sin excepción, contemplan regímenes especiales o de excepción respecto de sus regiones extremas, menos habitadas o insuficientemente dotadas de medios de subsistencia propios. Dichas medidas contemplan regímenes tributarios especiales, subsidios de diversa índole y otro tipo de granjerías destinadas a estimular el desarrollo de las regiones, supliendo con medidas políticas y administrativas las desventajas naturales. Por lo tanto, nadie debe escandalizarse con los subsidios o las consideraciones especiales bajo circunstancias particulares.

Chile no puede seguir viviendo de espaldas a sus regiones. Las regiones de Chile no pueden continuar siendo tributarias de Santiago ni seguir dependiendo hasta para las cuestiones más mínimas de lo que se decide en la Metrópoli, como si se tratara de provincias conquistadas por el antiguo Imperio Romano.

No es tolerable que las más altas autoridades regionales, los Intendentes, sigan siendo designados por el poder central, del cual finalmente dependen y al cual responden. Tampoco es posible que los Seremis no tengan voz, voto ni capacidad de decisión efectiva sobre sus asuntos, sino que tengan que remitirlo virtualmente todo a Santiago y sentarse a esperar por las respuestas.

No es posible que el país político asuma con toda naturalidad y resignación que los parlamentarios regionales, senadores y diputados, tengan menos valor político subjetivo y hasta mediático, por las razones de provenir de regiones menos pobladas y por lo mismo menos significativas electoralmente, y por no tratarse, por lo general, de figuras políticas carentes de alcance e influencia nacional. Con lo cual se configura una situación de facto, según la cual, tal parece ser que si bien es cierto todos los senadores y diputados son iguales entre si, algunos de entre ellos serían más iguales que otros. A lo cual hay que agregar, como si todo esto fuera poco, que dichos parlamentarios hasta para llegar a ser candidatos, deben esperar la anuencia de las cúpulas partidarias nacionales, las que igualmente irrespetan la soberanía popular regional siempre que tienen ocasión y necesidad.

Toda esta lógica centralista, excluyente y autorreferente es la que al final de cuentas hace posible, por ejemplo, que se considere lógico, natural y hasta deseable que los chilenos de Arica o Puerto Williams contribuyan a financiar el METRO de Santiago, medio de transporte que muchos no han usado ni llegarán a usar jamás, pero que al mismo tiempo se estime como una cosa injusta y hasta abusiva subsidiar el consumo de gas en Magallanes.

Es impostergable pasar del discurso a las medidas concretas y efectivas en materia de regionalización. Y ya se sabe que aquello debe significar transferencia efectiva de potestades y atribuciones desde el poner monopólico central a los poderes regionales y locales, o todos los discursos y disquisiciones sobre la regionalización seguirán siendo solo palabras huecas e hipócritas.

Las regiones de Chile deben pasar de la resignación, el hastío y le rebeldía episódica a la movilización reivindicativa frente a los abusos centralistas en todos los planos. Hay que hacer ver que la política del Estado central nacional frente a las regiones debe estar fundada no en criterios economicistas y de corto plazo, sino en una concepción de carácter estratégico, que estime las excepcionalidades como parte sustantiva de una política tendiente a reafirmar la soberanía territorial del Estado nacional chileno y a proveer condiciones de bienestar al conjunto de los chilenos.

Y muy por sobre todo, hay que ser capaces de hacer entender a todos quienes tienen algo que decir y decidir, que la descentralización efectiva constituye hoy más que nunca antes, una condición necesaria para la construcción de una sociedad nacional más democrática, más justa y participativa.



 

martes, enero 04, 2011

Tras el rescate de “los 33″ el país sigue sin reformar la minería

El sector aún espera las nuevas medidas de seguridad

Tras el rescate de "los 33″ el país sigue sin reformar la minería

Cuando los trabajadores estaban bajo tierra, el gobierno anunció grandes cambios en las regulaciones. Pero cuatro meses después del anuncio, la oficina del Sernageomin en Copiapó no había recibido ninguna noticia sobre el plan de incrementar los recursos. El ministro de Minería, Laurence Golborne, reconoció que el proceso "llevará tiempo" y que los primeros cambios se producirán bien entrado este año, luego que sean aprobados en el Congreso.

Tras el rescate de los 33 mineros en octubre, el gobierno de Chile prometió reformas en la seguridad para evitar nuevos accidentes. Pero pasada la euforia y el optimismo del rescate, el país aún registra una carencias en este aspecto.

Por ejemplo, el 7 de diciembre, justo después del mediodía, hubo una explosión en un pequeño yacimiento de cobre en Tierra Amarilla llamado Javier Castillo, situado a unos 25 kilómetros al este de Copiapó.

Murió un hombre: Héctor Manuel Cortés; otros dos resultaron heridos, uno de ellos gravemente. El accidente sucedió por causa de un fusible que quemaba más rápido de lo esperado y elevó a 43 el número de víctimas mortales en el sector minero durante 2010, muy por encima del promedio de 34 fallecimiento anuales registrados en la última década.

Según le dijo a BBC Mundo Juan Antonio Pérez, un funcionario del gobierno local, la mina Javier Castillo tenía todos los papeles en orden.

"La investigación establecerá las causas del accidente. La mina funciona de manera totalmente legal y había sido controlada recientemente por el Sernageomin".

El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) es el ente nacional regulador de todo el sector minero, pero también ha sido blanco de muchas críticas por su presunta falta de capacidad regulatoria.

"He trabajado en minería por más de 30 años y el Sernageomin nunca ha cumplido bien con sus responsabilidades. Por el momento, todo lo que hace un inspector es llegar a la mina, ir a la oficina de la persona a cargo, conversar, firmar papeles e irse", le comentó a la BBC Omar Reygadas, uno de los 33 trabajadores atrapados en la mina San José, en Copiapó, durante 69 días entre agosto y octubre de 2010.

Controles en entredicho

La oficina central del Sernagomin en Copiapó es una construcción terracota, larga y de una planta, ubicada cerca del centro. Al entrar se siente un aire relajado. El director tuvo que renunciar en noviembre luego de un accidente en una mina cercana, llamada Los Reyes.

Este yacimiento operaba ilegalmente. Por lo tanto, la responsabilidad de las dos muertes resultantes cayó sobre el ente regulador.

El director interino, Pedro Iblan, le aseguró a BBC Mundo que el Sernageomin no tiene capacidad para inspeccionar todas las minas de la zona al mismo tiempo.

"Hay alrededor de 2.500 minas en total en la región, 90% de las cuales pertenecen a pequeñas empresas. Para esos 2.500 yacimientos tenemos tres inspectores", afirmó Iblan.

Mientras los 33 mineros estaban bajo tierra, el gobierno anunció grandes cambios en las regulaciones del sector. El 27 de agosto, el ministro de Minería, Laurence Golborne, anunció un aumento en el número de auditores, que subió de 18 a 45.

Cuatro meses después del anuncio, la oficina en Copiapó no había recibido ninguna noticia sobre el plan de incrementar los recursos. "Por supuesto no podemos hacer nuestro trabajo como corresponde con sólo tres inspectores. Todavía estamos esperando que se resuelva la situación", contestó el director interino.

El accidente en la ahora conocida mina San José, en agosto, se vio complicado aún más por la falta de un escape de emergencia.

El yacimiento operaba pese a las conocidas preocupaciones por temas de seguridad y los obreros que trabajaban allí conocían los peligros que implicaba. Y estaban dispuestos a correr esos riesgos a cambio de un sueldo que superaba el salario promedio en la industria.

Pese a los problemas de seguridad, el incentivo para desempeñarse en la minería sigue siendo muy grande. El precio del cobre en los mercados internacionales alcanzó un valor récord en diciembre y se ha sextuplicado en la última década. Este metal representa casi la mitad de las exportaciones totales de Chile, que van dirigidas al aparentemente insaciable mercado chino.

Cambio de regulación

Además del aumento de inspectores, el ministro Golborne también anunció la creación de una comisión para revisar las leyes que deberían ser modificadas para tener un sistema regulador más eficiente.

Miguel Fortt es uno de los consultores líderes sobre seguridad y minería en la región de Atacama. Trabaja en la Universidad del Mar, en Copiapó, y es una de las primeras personas que se entera cuando hay un accidente en un yacimiento, incluyendo el emblemático caso de "los 33″ ocurrido en San José.

Fortt cree que los anuncios de Golborne no han llegado lo suficientemente lejos: "Hablan de hacer grandes transformaciones. Pero los cambios estructurales toman mucho tiempo, son de largo plazo. Y mientras tanto muchos otros mineros morirán".

El problema principal, dijo el experto, reside en la forma en la que funciona el sistema, dentro de un Estado profundamente centralizado.

"El Sernageomin debería trabajar con las universidades locales, que es donde se encuentran los especialistas. No en Santiago, donde no hay mucha minería. Es la región minera la que debe decirle a Santiago 'esto es lo que necesitamos y esto es lo que haremos'", aseguró.

Golborne: "Llevará tiempo"

El ministro Golborne afirma que las reformas, incluyendo el aumento en la cantidad de inspectores, "llevarán tiempo".

"El proceso va bien. Debemos tomarnos tiempo para contratar al personal adecuado, entrenarlo y modificar el sistema", le dijo el funcionario a BBC Mundo, en una entrevista exclusiva.

Según Golborne, 45 inspectores deberían ser suficientes para controlar todas las minas del país por lo menos una vez al año.

El ministro espera comenzar la gran reforma estructural del sector minero bien entrado 2011, luego de la respectiva aprobación en el Congreso. Además, confía en que las medidas ayudarán a proteger la industria y evitar futuros desastres.

Sin embargo, explicó que aún más importante será crear conciencia, en términos generales, sobre los temas de seguridad.

"¿Cómo podemos cuidarnos y cuidar a las personas que trabajan para nosotros? La respuesta es prevención; la prevención es la manera en la que realmente podemos evitar estos problemas", expresó Golborne.

El minero Reygadas dijo que, luego del suplicio que vivió desde el accidente en San José, le gustaría trabajar para el Sernageomin.

"Las personas como yo tenemos algo para ofrecer. No tengo problema en agarrar mi auto e ir al desierto por varias semanas para ver las diferentes minas. Necesitan gente que se dedique al trabajo de verdad, no que vaya sólo a la oficina del jefe de la mina, firme papeles y se despida con una sonrisa".

Reygadas está esperando una respuesta por parte del gobierno: han pasado casi cinco meses desde el accidente de "los 33″ y la reforma minera en Chile está toda por hacerse.