domingo, junio 19, 2011

Escuchar antes que medicar

En el terreno de la salud psíquica, los diagnósticos y las prácticas no escapan al enfoque dicotómico y jerárquico que moldea todas las áreas disciplinarias de la sociedad.
Ángela Sannuti

Buenos Aires / Sociedad – En el terreno de la salud psíquica, los diagnósticos y las prácticas no escapan al enfoque dicotómico y jerárquico que moldea todas las áreas disciplinarias de la sociedad. Este enfoque convierte la tarea de diagnosticar en una forma de patologizar. "Parece que nos entendemos porque desconfiamos de las mismas cosas" (Doris Lessing).
 
Es curioso observar cómo, en cada época, se incorporan nuevos "diagnósticos" —patoligizantes por cierto—, en el área infantil: TGD (trastorno general del desarrollo), ADHD (déficit de atención), TOD (trastorno oposicional y desafiante), TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y la última enunciación nosológica, TBPI (trastorno bipolar infantil). En esta marea de etiquetas y clasificaciones, ¿se escucha la voz del niño?
 
El que habla de la infancia y de la adolescencia siempre es y ha sido el adulto. Pero, ¿qué adulto es el que habla y enuncia? ¿El que lleva dentro de sí al niño y al adolescente que fue e integró de manera empática y constructiva la verdad de su pasado? ¿O el que representa a millones de adultos ciegos e insensibles a los sufrimientos de su propia historia infantil y, por ello, sigue negando el drama mudo y oculto de un niño sumergido en el dolor? El niño tiene un potencial inagotable. Cuando su integridad está herida, lo habitan sentimientos muy intensos: desesperación, rabia inconsolable, amarga decepción, rebelión y profunda tristeza. Presa de estos sentimientos, generalmente solo y obligado a callar, intenta encontrar una salida a sus conflictos, grita su dolor en un lenguaje cifrado que son sus síntomas. Como lo hacen los adultos. En lugar de generar procesos curativos y liberadores, se intenta encubrir estos síntomas con medicamentos o miradas condenatorias, disfrazadas de teorías. En lugar de procurar comprender el origen de la desdicha del niño y entender el idioma de los síntomas, se sofoca su voz perturbadora para un "eficiente y agitado" mundo de adultos, aplicando una estrategia de "normalización".
 
En los últimos tiempos la rapidez con que fácilmente se rotula con ADHD es creciente y alarmante. Y es sabido que intervenir con psicofármacos es inequívocamente iatrogénico (enfermedad causada por los médicos, tratamientos o medicamentos). Es una clara señal de una sociedad adormecida y alienada en su sensibilidad. Se fuerza a los niños a seguir las mismas vías fallidas de los adultos: en lugar de hallar el coraje de sentir su dolor y acceder a la liberación interior, se busca ahogar ese dolor con pastillas.
 
Los laboratorios, por razones obviamente mercantiles, imponen los psicofármacos como la solución excluyente. Y muchos profesionales, padres y docentes en pos de sus anhelos de "rápidas soluciones" ante el conflicto, la frustración y el rechazo que provoca un "niño-problema", avalan con su complicidad esta ceguera emocional y letal (1). Un niño desatento no tiene déficit de atención sino de interés y motivación. En realidad, el déficit de atención está en los adultos, que no logran darle el tiempo y la entrega necesarios para captar sus verdaderas necesidades.
 
Un niño necesita presencia y compañía empática por parte de su entorno afectivo; sentirse captado, comprendido y acompañado en su camino de crecimiento. El sosiego, la alegría y la espontaneidad vital son emociones propias de la niñez, muchas veces arrebatadas por la infelicidad y el desasosiego del mundo adulto.
 
La ansiedad y la dispersión del chico señalan la desconexión afectiva con que viven los adultos que tendrían que sostenerlo, contenerlo y guiarlo. Los niños siempre son el espejo más fiel de cómo viven los mayores. ¿Por qué la mayoría de los adultos se niega a reconocerse en ese espejo? No es difícil comprender esta dinámica, pero en general muchos no están dispuestos a hacerlo porque niegan la realidad emocional de su sufrimiento; el propio miedo se los impide. Muchos padres, educadores y especialistas siguen hablando desde la perspectiva del adulto incapaz de soportar al niño que fueron, ni mucho menos amarlo.
 
La tragedia de este enfoque y su práctica tradicional y autoritaria —el paradigma de la salud mental sustenta este funcionamiento—, tiene graves consecuencias: un niño tratado de esta manera crece creyendo que él mismo es el verdadero origen de su malestar, y por ello se siente culpable durante toda su vida (2).
 
Un verdadero trabajo terapéutico debería posibilitar un cambio de perspectiva y de estos patrones de pensamiento, tan arraigados en profesionales y pacientes.
 
EL MIEDO A LA VERDAD
 
El trastorno oposicional y desafiante (TOD) junto con el trastorno bipolar infantil (TBI) constituyen la nueva y peligrosa invención de esta "inquisición" ejercida en nombre de la "biblia" de la salud mental. Todo lo que un niño experimenta y logra exteriorizar a través de sus síntomas tiene un origen real: son reacciones a la falta de atención, a los malos tratos y a la carencia de una comunicación nutricia y auténtica y de un lazo apropiado y seguro con quienes deberían ser sus protectores. No son niños que se rebelan sin sentido sino que sufren sin que se les permita saber realmente qué sienten, qué perciben del mundo que los rodea, qué quieren, qué necesitan y por qué. ¿Cómo se puede ayudar a estos niños si se cree que su sufrimiento está determinado por la genética o es una grave distorsión que hay que erradicar? Se les suministran psicofármacos para silenciar los síntomas, adormeciendo la capacidad de sentir y averiguar su propia verdad; o bien, se los somete a terapias "educativas" para adaptar y normalizar sus conductas.
 
Si permanecemos estancados en estos conceptos tradicionales no aprenderemos de los hechos que se nos ofrecen sin cesar y hoy contamos con el conocimiento necesario para ayudar al niño a aprender a poner en palabras su dolor y darse cuenta de que su sufrimiento es legítimo y que necesita simplemente ser tomado en serio para recuperar su vivacidad, su inteligencia y su sensibilidad.
 
La bipolaridad es un trastorno del adulto y, de ninguna manera, puede atribuirse a un ser en formación. En general, los mal denominados TBPI son manifestaciones de ansiedad, frustración y tristeza típicas de un niño que vive bajo presiones y exigencias desmedidas, expectativas imposibles de alcanzar, cuyos vaivenes anímicos señalan su desorientación y desolación en el mismo mundo deshumanizado que los adultos crean y habitan.
 
Este modo de diagnosticar no explica el origen de la así llamada "enfermedad" sino sus fases poste riores y se tratan médica o psicológicamente las consecuencias y no sus causas. No poder hacer preguntas, asumir miedos ajenos, tolerar contradicciones y mentiras, soportar el tormento a solas, someterse al silencio por temor a no ser comprendido y, de pronto, explotar de rabia y llanto por la misma impotencia de hallarse en un callejón sin salida. ¿Es necesario medicar a un niño que vive en este clima emocional día tras día y nadie lo advierte? ¿O incluso rotular su último acto de desesperación y rebeldía como un trastorno oposicional y desafiante (TOD)? Todo niño problemático tiene a sus espaldas una historia de daños a su integridad y dignidad que comienza mucho más temprano de que su malestar se manifieste.
 
No se trata de "reeducar" al niño-problema o de encauzarlo sino de cuidar sus heridas a través de una profunda empatía con su mundo interior, proporcionando la información correcta para acceder a su verdad y a elaborarla con recursos propios y opciones más sanas.
 
Todos los esfuerzos pedagógicos y terapéuticos fracasan si no se aborda su historia de dolor y si dejamos al niño solo con su experiencia, como sucede cuando se lo medica o se lo castiga con rótulos invalidantes. Ningún medicamento puede informar sobre el origen de nuestro conflicto o de nuestra enfermedad; sólo puede enmascarar y mitigar el dolor por un tiempo. Detrás de todo síntoma y de cualquier desequilibrio emocional, siempre hay un niño atemorizado que necesita imperiosamente volver a confiar en los seres que lo rodean. Ese mismo miedo del niño pequeño que no fue escuchado en su momento se manifiesta en el sufrimiento del ahora adulto: en sus síntomas físicos, en sus depresiones o en los tormentosos sentimientos de culpa y, sobre todo, en su incapacidad de comprender y ayudar a los niños de hoy.
 
(1) La Sociedad Argentina de Pediatría informa que en nuestro país el aumento de venta de psicofármacos para niños es muy intenso y se encuentra liderado por el metilfedinato (Ritalina) indicado para el ADHD. Su consumo se quintuplicó entre 1995 y 2010: su suministro pasó de 321.000 a 1.521.000 unidades.
(2) El mismo enfoque es el que prevalece en el abordaje de adultos. Un gran número de personas se perciben a sí mismas de igual manera y se atormentan con miedos y culpas cuya raíz permanece oculta.
__________
Ángela Sannuti. Artículo publicado en revista Criterio, www.revistacriterio.com.ar
 

domingo, junio 12, 2011

Ella ya no existe más...




  PARA  TOMAR  CONCIENCIA.
 EN ALGUNOS LUGARES ELLA YA NO EXISTE MÁS

World Water Crisis  book Blue   Planet Run safe drinking water     to the one billion people who lack it
Delhi, India. Todos quieren apenas, un poco de agua...


World Water Crisis  book Blue   Planet Run safe drinking water     to the one billion  people who lack it
Dos sudaneses beben agua de los pantanos, con tubos plásticos especialmente concebidos para tal fin, con un filtro para filtrar las larvas flotantes, responsables de la enfermedad lombriga da Guiné.

El programa distribuyó millones de tubos y ya consiguieron reducir un 70% esta enfermedad debilitante.  
 
World  Water Crisis  book Blue   Planet Run safe drinking water     to the one billion people who lack it
Los glaciares que abastecen a Europa de agua potable perdieron más de la mitad de su volumen en el siglo pasado. En la foto, trabajadores de una estación de esquí del glaciar de Pitztal en Austria, cubren el glaciar con una manta especial para proteger la nieve y retardar su derretimiento durante los meses de verano...

 
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Las aguas del delta del río Níger son usadas para defecar, bañarse, pescar y tirar basura.

 
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Agua sucia en las griferías residenciales, debido al avance indiscriminado del desarrollo urbano
.
 
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Pobladores de la isla de Coronilla, Kenia, cavan pozos profundos en busca del precioso líquido, a apenas 300 metros del mar. El agua es salada.


World Water Crisis  book Blue   Planet Run safe drinking water     to the one billion  people who lack it
Aquel que fue el cuarto mayor lago del mundo, ahora es un cementerio polvoriento de embarcaciones que nunca más zarparán...


VALORICE EL AGUA!

EN ALGUNOS LUGARES, ELLA YA NO EXISTE MÁS...



 
Por favor tomemos conciencia!
POR FAVOR REENVIAR A TODOS!

 
 
 
 
 
 
 
 





Declaración Mapuche

POR UNA JUSTICIA AL SERVICIO DE LA VIDA
Declaración de la Pastoral Mapuche
Los Equipos de Pastoral Mapuche de las diócesis de Los Ángeles,
Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco -de Chile-; y de Neuquén y
Bariloche –de Argentina-, reunidos en el Encuentro Anual de
Articulación, animados por las palabras de los obispos de Latinoamérica
que nos comprometen en la "defensa de los derechos" y en la "denuncia de actitudes contrarias a la vida plena de nuestros pueblos originarios"
(Aparecida, Nº 530), considerando que:
1. Los obispos de Chile, en su declaración "Justicia y Paz con el Pueblo Mapuche" de septiembre de 2010, han afirmado que las justas
demandas del pueblo mapuche no se resolverán a través de su
criminalización ni de la aplicación de la ley antiterrorista.
2. Los Relatores Especiales para los Derechos de los Pueblos
Indígenas y el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, han
manifestado al Estado de Chile su obligación de ajustar la legislación
al derecho internacional de los derechos humanos, en especial la Ley N°
18.314 que Sanciona Conductas Terroristas, conocida como la Ley
Antiterrorista.
Manifestamos que,
3. Nos parece inaceptable la resolución de la Corte Suprema,
emitida el viernes 3 de junio de 2011, porque avala el uso de la Ley
Antiterrorista a través de la validación del testimonio de testigos sin
rostro.
4. Entendemos que la aplicación de la Ley Antiterrorista es la
expresión extrema, en este tiempo, de la criminalización de las demandas históricas del pueblo mapuche que ha sufrido sistemáticamente la
vulneración de sus derechos.
5. Se nos hace evidente la doble incoherencia de este fallo pues
no considera que las mismas causas fueron absueltas por el Tribunal
Militar de Valdivia y la Corte de Apelaciones de Concepción; ni asume
las obligaciones que surgen de los convenios internacionales suscritos.
En este sentido, nuestros hermanos mapuche no están pidiendo clemencia o rebaja de penas, sino exigiendo un juicio justo.
6. Creemos que la tarea de los gobernantes no es solamente
aplicar leyes sino velar porque se haga justicia. Sin embargo, el
Ministerio del Interior a través de su abogado solicitó a la Corte
Suprema la no anulación de este juicio con lo cual el gobierno avaló el
uso de la Ley Antiterrorista contra los mapuche, contradiciendo sus
propias declaraciones, compromisos y acuerdos.
7. Como Iglesia defensora de la vida y la justicia, atendemos el
llamado de los familiares de los presos mapuche en huelga de hambre
manifestando públicamente que no se han cumplido a cabalidad los
acuerdos que pusieron fin a la huelga de hambre del año 2010, y nos
preocupa gravemente que en nuestro país se permita la persecución de las demandas sociales mediante herramientas jurídicas atentatorias contra
los derechos humanos.
8. Acogiendo lo expresado por nuestros pastores, reafirmamos
nuestro compromiso al servicio de la vida plena acompañando el caminar
de los pueblos indígenas, en la defensa de sus derechos y la
construcción de un país que sea verdaderamente una casa para todos.
Padre Las Casas, 4 de junio de 2011
Comisión Nacional de Pastoral Mapuche Zona Sur, Chile
Equipo Pastoral Mapuche, Arquidiócesis de Concepción
Equipo Pastoral Alto Bío Bío, Diócesis de Los Ángeles
Pastoral Mapuche, Diócesis de Temuco
Pastoral de Movilidad Humana, Diócesis de Valparaíso
Equipo de Pastoral Mapuche de Santiago
Equipo Nacional Pastoral Aborigen, Argentina
Equipo Diocesano Pastoral Aborigen, Neuquén
Equipo Diocesano Pastoral Aborigen, Bariloche
Fundación Instituto Indígena
ONG OIES
Sacerdotes del Verbo Divino, Quepe
Padres Jesuitas, Tirúa
1. Carmen Fren, Curanilahue
2. Luisa Quillinao, Curanilahue
3. Dominga Lincoleo, Curanilahue
4. Elba Puen, Sara de Lebu
5. P. Hernán Llancaleo, Cañete
6. M. Ester Naín, Cañete
7. Ismael Queupil, Malla Malla, Alto Bio Bio
8. Danilo Manquepi, Trapa Trapa, Alto Bio Bio
9. Jorge Paine, Cauñicu, Alto Bio Bio
10. Guillermo Purran, Ralco
11. Samuel Carrasco, Ralco
12. Susana Riquelme, Valparaíso
13. Miriam Oyarzún, Valparaíso
14. P. Francisco Millan, Ercilla
15. Isolde Reuque, Temuco
16. Hna. Consuelo Hernandez, Neuquen
17. P. Martín Gottle, Neuquen
18. Miguel Shoenball, Neuquen
19. P. Antonio Sánchez, Neuquen
20. Alberto Neculhuan, Neuquen
21. Lici Cruz, Neuquén, Argentina
22. M. Isabel Ortega, Bariloche
23. Ester Noemí Angulo, Bariloche
24. P. Renzo Adani, Bariloche
25. P. Gustavo Tartaglia, Bariloche
26. P. Pablo Castro, sj., Tirúa
27. Rayen Pichun, Colcuma, Tirúa
28. Francisco Pichun, Colcuma, Tirúa
29. Pablo González, sj., Tirúa
30. Jenifer Huilipan, Ranquilhue, Tirúa
31. Joaquín Vergara, Santiago
32. Verónica Pérez, Santiago
33. Rosa Quilemil, Santiago
34. Hna. Audina Huenumilla, Santiago
35. Celmira Rojas, Santiago
36. María Millanao, Santiago
37. P. Rafael Hoffmann, svd, Quepe
38. P. Matias Platzer, svd, Quepe
39. P. Fernando Díaz, svd, Quepe
40. Gladyz Curimil, Pitrufken
41. Florencio Manquilef, Isla Llikan
42. José Quilaqueo, Vilcún
43. Pedro Marican, Pitrufken
44. Juan Jorge Faúndez, Temuco