jueves, abril 22, 2010

Solución en el Maule desde la Iglesia


Caritas y Fundación Crate entregan primeras soluciones habitacionales definitivas en el Maule

Recuperar la esperanza y volver al hogar, en el testimonio de María Bernarda Rivera, de Curepto.

En esa carpa durmió más de un mes María Bernarda, luego que su casa se cayera con el terremoto
En la Región del Maule se estima que son 50 mil las viviendas seriamente dañadas a causa del terremoto del 27 de febrero, de ellas, 23 mil fueron totalmente destruidas. El drama humano que eso significa para las familias se acrecienta a medida que llegan los meses de invierno, de lluvia y de frío.

Una de las personas que perdió todo aquella noche es la señora María Bernarda Rivera, que vive en Curepto y que vio como esa noche su casa se desmoronaba. En dos minutos y medio se quedó sin nada, ella, su hermano semi inválido y un caballero al que le arrendaba una pieza.

A pesar de la tragedia, María Bernarda se mantuvo optimista porque "tengo fe en el señor" nos comenta, y claro, como mujer de fe, tiene claro que la oración es el consuelo que necesitan las personas en este momento de confusión para muchos.

La historia de María Bernarda comienza años atrás, en Curepto, cuando la vocación religiosa la envió Santiago, donde luego de un tiempo deicidió estudiar pedagogía, transformándose en profesora de educación musical. "Desgraciadamente nunca pude hacer clases en Curepto, como era mi sueño, para enseñarle a los niños de aquí" se lamenta.

Pero cuando jubiló, volvió a Curepto a vivir y hacerse cargo de su hermano, que sufre de una polineuropatía diabética que lo tiene postrado en una silla de ruedas en estado de semi inválidez. Con él vivía en la casa que se cayó, viviendo tan solo de su jubilación que, "la verdad no me alcanza mucho para vivir" nos cuenta.

En Curepto, además de dedicarse a cuidar a su hermano de 65 años de edad, trabaja como delegada de la misión permanente de la Pastoral Social porque dice que desde pequeña tuvo una vocación por ayudar. Esa vocación se vió reflejada esa misma noche del terremoto, en la que a penas logró rescatar a su hermano de entre los escombros se dedicó a acompañar a las personas en la oración, en los momentos en que más necesitaban palabras de aliento y esperanza.

A pesar de tener a su hermano inválido y de estar sin casa, nunca se desanimó, ni aún cuando le pasaron una carpa en la que durmió las heladas noches que siguieron al terremoto. "No me hago ningún problema con dormir en una carpa, porque me acuerdo de los campamentos que hacíamos con los niños en Valdivia, me preocupa más mi hermano, que está donde otra de mis hermanas que lo recibió por un tiempo, hasta que encuentre donde vivir".

Esta es la casa que obtuvo gracias al aporte de instituciones que hicieron posible que ella volviera a tener un hogar para cuidar de su hermano enfermo
Esa bondad y optimismo que irradia al hablar María Bernarda, sólo puede tener un final feliz, y es que gracias a la voluntad de diversas instituciones, hoy recibió una casa para que ella y su hermano puedan volver a tener un techo en el que cobijarse, una solución definitiva de 30 metros cuadrados, con aislación térmica, dos dormitorios y sala de estar, ampliable y acogedora. Es tanto el espíritu de servicio de esta voluntaria de la Pastoral Social de la Diócesis de Talca, que de no haber sido por su hermano enfermo no habría recibido la casa para que otros más necesitados tuvieran esa oportunidad.

Es difícil imaginar la sensación de perderlo todo. Porque ya no es sólo la angustia del terremoto, sino además el no tener nada y María Bernarda lo sufrió al alero de la oración, entregando compañía a quienes estaban en esa difícil situación y recordando el mensaje cristiano de la solidaridad y la esperanza de quien tiene fe. Con esta casa, ahora podrá cuidar de su hermano y ocuparse de otros menos afortunados que ella, entregando el mensaje de la fe en Curepto, una ciudad que lo necesita para volver a levantarse más unidos y solidarios que antes.

Experiencias como la de María Bernarda hay muchas, son miles de personas que hoy no tienen nada en la Región del Maule y no queda sino trabajar fuertemente para que la fe de estas personas se transforme en la vuelta al hogar que todos esperamos.


 

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