ACCIÓN DE GRACIAS RODRIGO HERRERA REYES OCTUBRE 2008 Querido pueblo de Dios, elevo mi acción de gracias al Dios de la vida, por lo que hemos vivido hoy en la celebración de la eucaristía, mi ordenación Sacerdotal. He sido constituido Pastor para regir, gobernar y santificar al Pueblo de Dios, teniendo como horizonte la búsqueda y el cumplimiento de la voluntad de Dios, para hacer germinar la semilla del Reino de Dios en el devenir de nuestra historia, Reino de Dios que se expande día tras día mediante el anuncio vigoroso de la palabra de Dios y el testimonio edificante de nuestras vidas de discípulos y misioneros de Jesús, el Hijo de Dios, el servidor, el cual es nuestro maestro y Señor. Hoy doy gracias a Dios por el día de mi bautismo, por la virtud de la fe, esperanza y caridad. Doy gracias a Dios por creer. La apertura de la fe me ha llevado a conocer y amar a Jesús y al amarlo me ha llevado a querer seguirle y comprometerme con él, con su vida, mensaje y anuncio del reinado de Dios Padre entre nosotros, un reinado que es justo, solidario, fraterno y que tiene como principio único el amor, un reinado donde no hay exclusión sino pura participación, un reinado donde no hay división sino pura comunión. Participación y comunión, dos rasgos esenciales a mi parecer de aquel que se dice discípulo de Jesús. Doy gracias a Dios por la esperanza. Creo y espero un mundo mejor, se que vendrá y Dios lo instaurará, pero esa certeza no evade la responsabilidad que tenemos en el mundo de hoy de construir un mundo mejor, un país mejor, una Atacama mejor, donde no haya gente que pase hambre, frio, soledad y angustia por la falta de trabajo, educación y expectativas laborales justas y dignas. Esta es una responsabilidad directa del estado, pero como pastor debo saber acompañar y escuchar a mi gente, orientar y animar la vida de fe de nuestra gente sencilla y enseñarles a confiar en Dios sabiendo que él nunca abandonara a su pueblo. Doy gracias a Dios por el amor. Gracias a Dios porque me ama de una manera única y particular al igual que a todos ustedes. La expresión máxima del amor de Dios en mi vida se ha sellado con el ministerio que hoy me ha confiado, no por merito propio sino por puro amor y misericordia. Si hay tanta envidia, sufrimiento, odio, violencia y maldad en nuestra sociedad es que no nos amamos, no nos amamos en nuestros barrios, escuelas, trabajos e incluso en nuestras comunidades cristinas donde debe transparentarse el amor de Jesús por medio de nuestro testimonio de vida, en cuanto a nuestras palabras y obras. Dios me ayude a perseverar en el amor y en la donación absoluta a lo que él me vaya pidiendo, para que en mi vida se manifieste la vida de Jesús, y ser así otro Cristo en medio de nuestro querido pueblo de Atacama. Doy gracias por todos ustedes que me han acompañado, especialmente a usted Padre Obispo Gaspar que ha confiado en mí y me ha consagrado Presbítero para Gracias a mi querida Iglesia de Atacama, a los hermanos y hermanas del valle norte, centro y sur que se han congregado el día de hoy para acompañarme. Gracias también a mis amigos laicos, Sacerdotes, Religiosos, diáconos y seminaristas de otras diócesis que están aquí presentes, de A mi familia, a todos ustedes, gracias por el cariño y preocupación, a mi Madre Ana, a mis hermanos, Tíos y primos. Especialmente gracias a ti Mama Juana, son muchas cosas por las que hay que dar gracias, pero solo Dios y nosotros sabemos lo grande que él se ha portado con nosotros, solamente gracias. A María A Jesús el Buen Pastor sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos, AMEN.
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