jueves, junio 14, 2012

Educomunicación y emocionalidad

Educomunicación y emocionalidad

Para el experto en Educomunicación el P. Mauricio Arancibia Portilla, la Educación en Medios no siempre ha sido planteada de la manera más completa; no pocas veces se ha analizado de una manera superficial, no pesando suficientemente el proceso neurobiológico y sobre todo emocional de los espectadores de los audiovisuales.
El educador plantea que se requiere profundizar el mundo de la emocionalidad humana, el cerebro emocional. Para después estudiar los efectos sociales de los medios.  Afirma que es urgente explorar con mayor detención el antes y presente cuando se consume los medios.
En el primer aporte académico, Arancibia trata sobre la Comunicación y Educación: realidad y desafíos . En esta segunda entrega, Arancibia propone que "Los contenidos de la Educación sólo serán objeto de conocimiento, sí primero son objeto de deseo".

Educomunicación y  emocionalidad.

La Educación en Medios no siempre ha sido planteada de la manera más completa; no pocas veces se ha analizado de una manera superficial, no pesando suficientemente el proceso neurobiológico y sobre todo emocional de los espectadores de los audiovisuales. Se requiere profundizar el mundo de la emocionalidad humana, el cerebro emocional. Para después estudiar los efectos sociales de los medios. Es urgente explorar con mayor detención  el antes y presente cuando se consume los medios.

2.1. Educación en Medios: ¿Gusto ó efecto?,  Educación nutricional.

Se ha planteado la Educación en Medios bastante sobre los efectos, particularmente en la conducta y los procesos de socialización. Pero queda relegado el proceso del gusto y entonces cabe preguntarse ¿Por qué gusta tanto un determinado programa y/ó genero audiovisual a una determinada población? Como puede ser el caso de una serie animada ó de una telenovela respecto de los niños y las mujeres adultas respectivamente.
Así aparece el gusto como un factor relevante a  la hora de consumir medios audiovisuales, siendo muchas veces inconsciente su presencia. Asimismo los efectos en el individuo de un determinado  insumo audiovisual también deja su huella en la personalidad humana tanto para el deber- ser cómo para el deber-hacer.
Por ello la educación en medios debe mirar no sólo el futuro del espectador (efectos) sino la antesala de las motivaciones (gustos).  Son los dos elementos que se relacionan mutuamente, por ejemplo un efecto de un audiovisual incide en el gusto futuro. Son interdependientes el gusto y el efecto, por ello se deben mirar en conjunto.
Los teóricos de la educomunicación[1] han utilizado la analogía entre la experiencia audiovisual y la alimentaria para explicar los procesos educomunicativos; tanto por la dimensión del gusto como por los resultados y efectos que deja un determinado consumo de medios. Lo mismo pasa en la alimentación, por ello buscamos construir una alimentación saludable. El factor gusto está presente pero puede ser educado ¿cómo hacerlo? ¿qué efecto tiene este consumo? Esta analogía nos entrega muchas luces de cómo operan el consumo de los medios y lo que provoca en la individualidad; es tema provocar una reflexión sobre la nutrición audiovisual, positivos efectos a partir de un estudio acabado del cómo operan los gustos y a qué apetitos responden.
Finalmente es necesario reafirmar que sólo una comprensión integral e interdependiente entre gusto por determinados insumos como sus efectos permitirá construir educomunicación.

2.2. Educación de gustos audiovisuales, desde los apetitos.

Se ha señalado -en este documento-  que  el consumo de los audiovisuales está gatillado por los gustos. Ahora bien es necesario precisar que los gustos son en base de los apetitos que circulan en la personalidad humana.  Es decir, detrás de los gustos están las necesidades y deseos. El consumo de unos determinados insumos es en función de unos determinados apetitos. Los  cuales se asocian en relación  de personas y situaciones.
En primer lugar aparece el apetito del relato. Todo pueblo, toda cultura tiene su relato. Lo que evidencia que el ser humano requiere las narraciones; estos alimentan la imaginación, los sueños, las fantasías. Los relatos transportan a nuevos mundos. Así para Mc Luhan los espots publicitarios son los modernos cuentos de hadas.
En segundo lugar el apetito estético. Ya Aristóteles que el hombre requiere caminar no sólo según la ética sino la estética en cuanto la variedad de colores como los juegos  cromáticos, los efectos especiales y la plasticidad cromática que permiten la tecnología digital están vinculadas al hambre por lo estético.  Prueba de ello que las personas son más atrapadas por las imágenes retocadas por lo audiovisual, que verlo en directo un determinado paisaje ó ambiente.
En tercer lugar aparece el apetito sensorial. Es claramente más poderoso en cuanto estímulo la imagen multisensorial transmitida por una pantalla que la descrita a través de los significados de las palabras como aparece en un libro. Muchas audiencias les apetece ver la película de un libro, que leerlo. Hay una búsqueda de la excitación sensorial. Esto se refleja en el famoso fenómeno del "zapping"[2].
En cuarto lugar se identifica el apetito de implicaciones emotivas. Los medios son un espacio para la proyección de situaciones personales como sociales.  Así el inconsciente aprovecha de elaborar y procesar las situaciones primarias de dolor, alegría, pasión y hasta deseo afectivo-sexual. Un caso muy frecuente de este apetito reside en el consumo de  telenovelas. Las audiencias femeninas –en Latinoamérica- pueden "ver" sus dificultades como dolores; y lo que no alcanzan a resolver en su vida real, lo logran por medio de la telenovela. Todo ello como búsqueda de una purificación de los propios dolores como procesamientos de la alegría.
En quinto lugar es necesario aludir al "apetito de liberación síquica". El siquiatra Freud identifica emociones, sentimientos que requieren ser liberados. Así los anhelos del yo son canalizados por medio de insumos audiovisuales. Por ejemplo la liberación del anhelo del orden, como la armonía aparecen en los finales felices. Por otra parte también tiene su escape las dimensiones negativas del "yo" a través de las ridiculizaciones de algunos personajes; satisfaciendo el morbo y el sadismo, no por nada los reality como programa de farándula tienen alta demanda, incluso en variados grupos sociales.
Siendo los sectores con mayor privación cultural quienes requieren insumos audiovisuales de este tipo. Al parecer se constata que cuanto mayores posibilidad de ocio con acceso cultural como deportivo permite la canalización de las emociones síquicas que inundan tanto el infra como super ego.

2.3. Las emociones   protagonistas silenciosas en la educomunicación.

En la historia de las ciencias educativas desde su origen –al menos en la cultura occidental- ha sido más bien centrada en el conocimiento. Tanto es así que la gnoseología[3] ha marcado fuertemente las teorías educativas, dejando de lado la dimensión de las emociones. Son las teorías socioeducativas que han puesto mayor a las emociones como protagonistas de la educación; botón de muestra es las teorías vinculadas a Piaget. La educomunicación entra a analizar el rol de las emociones contenidas en los insumos audiovisuales y su rol como agentes transmisoras de conocimiento y  constructoras de aprendizajes.
Bajo esta realidad se vislumbran  como las emociones influyen tremendamente en los significados que  se le da tanto a las experiencias como en la reflexión a priori y a posteriori del conocimiento.  Un ejemplo de ello es la percepción de los individuos desde la emotividad circunscrita a una relación de amistad ó de noviazgo. Así el conocimiento del otro es amplificado en los rasgos positivos. Así el conocimiento del alter no es real sino construido desde las emociones positivas que siente ó le provoca  el  otro. Marcel Prout lo indica claramente "amamos a partir de una sonrisa, una mirada, un hombro. Entonces en las largas horas de esperanza ó de tristeza, fabricamos una persona, componemos un carácter".
Así las emociones son protagonistas silenciosas de la educomunicación. Por ello es necesario identificar algunos rasgos y características de cómo se genera  el proceso educativo desde las emociones contenidas en los insumos audiovisuales.
Primero la  lógica de las emociones primarias. Una es la lógica racional y otra la emocional; son distintas fuentes de  nuestro pensamiento. Y justamente "la fuerza socializadora" de los audiovisuales sólo se entiende desde los mecanismos de las emociones primarias. Siendo ésta la lógica de la analogía y la transferencia. La realidad cobra sentido por la asociación y transferencia, Ya no es la lógica racional de causa-efecto sino que es por una simple asociación[4].  El Neocortex ó cerebro racional funciona totalmente distinto y autónomo del cerebro límbico (Cerebro emocional), pero son  interdependientes.
Segundo la lógica de la transferencia. La neurobiología ha descubierto que las emociones primarias operan con la lógica de la transferencia,  es decir se mira la realidad por lo atractivo que le resulta porque inconsciente ó conscientemente  le recuerda algo, se transfiere arbitrariamente un valor positivo ó negativo. Es una gloria reflejada. Y esta lógica opera en el consumo de los audiovisuales. Por eso, los productos mediáticos  buscan  seducir, no convencer. Lo último es para la lógica racional.
Tercero la gratificación. Es claro que el consumo de los audiovisuales produce satisfacción. Ahora bien esto se explica por la lógica de la transferencia. Cuando una persona consume un audiovisual hay una transferencia inconsciente de su "yo real" y el "yo ideal". Es decir lo mejor y lo peor de sí mismo, que muchas veces contiene y niega en la vida cobra realidad en los audiovisuales por eso genera gratificación. Es un proceso narcisista el que provoca la satisfacción, la gratificación. Desde la reflexión de Bordwell[5] hay cuatro elementos en el audiovisual  que configuran los grados de satisfacción: personajes, entornos físicos, estructura narrativa y tratamiento formal.
Es necesario precisar que en el consumo audiovisual no sólo  se satisface  el inconsciente individual sino también el colectivo.  El hombre usa los medios audiovisuales para evadir la realidad, pero curiosamente se encuentra consigo.
Cuarto, la socialización y la transferencia. Esto se puede explicar desde el fenómeno publicitario de los audiovisuales.  La masificación y la penetración en la sociedad no vienen de "las cualidades objetivas" de  los productos promocionados sino más bien de asociación ó transferencia provocada por el manejo emocional, en los audiovisuales. Es decir no por el producto en sí sino por lo que se pone a su costado, por ejemplo el hombre que toma cerveza es cotejado por muchas mujeres atractivas físicamente. Así los audiovisuales penetran en la sociedad, son socializantes no desde la lógica racional sino desde la emocional; operando con el mecanismo de transferencia inconsciente. De esta manera, los audiovisuales no venden productos, venden valores.

2.4.  "Los contenidos de la Educación sólo serán  objeto de conocimiento, sí primero son objeto de deseo".

Por lo expuesto anteriormente se ve claramente la importancia de la competencia emocional como educomunicador tanto para comprender la intervención de ésta en los gustos y los efectos del consumo audiovisual. No obstante el proceso no se completa con una mera comprensión. La tarea del educomunicador es aprovechar la emoción como elemento motivador de los procesos educomunicativos. Así la reflexión freudiana sobre la libido como motor del cerebro ilumina la mejor comprensión del consumo audiovisual. Este siquiatra describe la libido como la fuerza motora del cerebro, y proviene del cerebro emocional[6]. Así las emociones deben ser utilizadas como motivación. Esta libido es el "seeking" desde la neurobiología, a partir de Mark Solms. Así ninguna idea puede movilizar sino pasa por el cerebro emocional. Las emociones son energía pura. Y los grandes pensadores, por ejemplo, no son sólo cerebro racional. Sino que han logrado conectar su cerebro emocional con el racional.
Sólo la conexión entre nuestro cerebro racional con el emocional podrá desencadenar  el apetito por estudiar y los contenidos.
Así la tarea para  la educomunicación es integrar razón y emoción, no la sustitución de la una por la otra. Que para Hans Furth es encontrar a Piaget con Freud. De esta manera el educomunicador no reemplaza emoción por razón. Sino que las hace complementarse y utilizar la emoción para motivar el conocimiento. Así ha de contribuir para que las emociones  motiven a la búsqueda de la reflexión. El educomunicador contribuirá a que el alumno conozca desde placeres superiores. Tales como la conciencia de sí al proyectar conflictos personales en los audiovisuales, el placer de la puesta en escena; el placer de saber, de conocer; y el placer estético.
El educador en medios es  el pedagogo que introduce en la reflexión con el apoyo del cerebro emocional; sin educar  con y desde  la emoción no hay camino hacia la reflexión sólida y profunda. La emoción y razón se necesitan para gatillar y comprender el proceso educomunicativo.
 
[1] Marie Winn, Ignacio Ramonet y Joan Ferrés y Prat.
[2] Actitud de repasar de manera rápida los canales con el control remoto.
[3] Ciencia que estudia cómo se produce conocimiento humano
[4] Sea por similitud ó estar al lado, contigüidad.
[6] Proviene de emoción, e-motion; es decir lo que mueve.
 
MAuricio Arancibia POrtilla

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