Mauricio Arancibia Portilla: Señor, no estamos tan lejos de Jerusalén

Señor, no estamos tan lejos de Jerusalén

Querido Jesús:

Gritos, llantos, cierto ambiente de histeria apareció este viernes en las estrechas calles céntricas de Vallenar… a partir de un fuerte remezón el pasado viernes 26 de marzo (2010). Madres deseperadas golpeando puertas de colegios; peatones atravesando las calles de manera abrupta; choferes desesperados por las calles.. Parecía la respuesta "cívica" de cualquier ciudad sureña terremoteada. La naturaleza nos recordó que somos absolutamente vulnerables. Somos vulnerables por todos lados. En nuestras construcciones, en nuestros desarrollos, en la organización social, ni hablar de la tecnología.

A fines de enero, te escribía que no estamos tan lejos de Haití. Por esta misma vía. Cuando pasó el terremoto de Concepción me acordé entonces de esa carta. Y ayer, ayer lo confirmé. Somos tan vulnerables.

A veces, caminamos erguidos por las calles casi cual dueños del mundo. ¿Será el auto nuevo que compramos?, ¿será el nuevo trabajo?¿será que el hijo acaba de sacar su título… y trabaja como ingeniero? ¿será que arreglamos nuestra casa y parece la más bonita del barrio? ¿será que nos ha ido bien en nuestros negocios y empresas?

El terremoto nos mostró gran parte de lo que somos como país. Somos como nos indicaste en tu Evangelio… hay mucha hierba buena, pero crece la maleza. Cientos de chilenos a través de organizaciones e iniciativas privadas, grandes héroes anónimos salvando vidas, rostros de mujeres y hombres solidarios.

Pero también nos vimos vulnerables y contradictorio. La gran fe en el padre Dios se desplomó. Muchos perdieron la fe ó no aceptan la autonomía que le dio tu Padre a la Tierra (que también a nosotros nos dio)La gran pobreza escondida de muchas casas de adobes, que no son adorno sino vivienda. El aprovechamiento de varias constructoras que pueden quitarlo todo para hacerse pagar; pero no son capaces de dar la cara, ni menos construir bien. La ambición de algunos que viviendo acomodados igual se colocan a la fila de ayuda. Las grandes desigualdades económicas del país. La ayuda dada con bombos y tambores por algunas empresas, pero preparando las subida de precio. Las Mineras que se niegan devolver parte de las riquezas para reconstruir el país a través de más impuestos.

Ante estas dos caras de la misma moneda llamada Chile tendremos que acercarnos con humildad nuevamente a ti para asumir que ese camino de contradicciones también tú lo asumiste en la Cruz , tu vía crucis. Un Domingo te recibieron con palmeras cual gran líder. Y días después, con la misma energía que deseaban hacerte rey… con ese y aún más fuerte entusiasmo te condenaron a la Cruz los habitantes de Jerusalén.

La hermana Tierra nos ha recordado que somos vulnerables, frágiles y contradictorios en todo lo que hacemos Por una lado nos vemos fuertes y con mucha fe. Entonces, habrá que decir con toda humildad Señor, no estamos tan lejos de Jerusalén. Señor, no estamos tan lejos de los discípulos que te abandonaron a la hora de la persecución. No estamos tan lejos de aquellos que aprovecharon tus milagros, pero huyeron y te dieron la espalda. No estamos tan lejos de poderosos como Pilato que se lavan las manos frente al sufrimiento del débil. De hombres que frente al templo dan mucho, pero es lo que sobra... no como la viuda.

NO puedo terminar sin dejar de orar y pedirte que sigas cuidando a los hermanos más golpeados por el terremoto, especialmente los que este invierno lo pasarán en carpas. Que nuestra solidaridad sea la forma de no olvidarlos de ellos; que tomemos la lección del Cireneo que te ayudó a llevar la cruz sin excusas.

Con afecto, un creyente

P.Mauricio ARancibia Portilla

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