Mauricio Arancibia Portilla: Con gran emotividad clero de Chile celebró misa en la plaza de Lota

Con gran emotividad clero de Chile celebró misa en la plaza de Lota

Con gran solemnidad y con el marco de profundo simbolismo que significa el pueblo de Lota, más de 160 sacerdotes de todo el país que participan en el Encuentro Nacional del Clero, estuvieron presentes en la eucaristía en la plaza de la ciudad minera, la noche del miércoles 7 de octubre. La misa fue presidida por monseñor Pablo Lizama, Arzobispo de Antofagasta y fue concelebrada por Mons. Camilo Vial, Obispo de Temuco y Mons. Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Concepción.

Los sacerdotes se reunieron previamente en el colegio Niño Jesús de Lota, donde revestidos salieron en procesión, acompañados por la Banda de alumnos del establecimiento, hasta la plaza lotina. Numerosas personas los recibieron con aplausos en el trayecto y en el pórtico de la parroquia San Juan Evangelista se levantó el altar. El padre Esteban Monsalve, decano de la Zona del Carbón agradeció la presencia de los obispos y los sacerdotes. Lo propio hizo también el alcalde lotino Jorge Venegas, quien reconoció el servicio de la Iglesia en la historia del país y especialmente en la sufrida zona minera y abogó que continuara su misión.

Mons. Lizama agradeció, en su homilía, las palabras de acogida del decano y del alcalde y manifestó que la iniciativa de llegar a Lota tiene un gran significado para la Iglesia. Dijo que la Comisión Nacional del Clero viene trabajando desde hace un año en un proceso de formación y estudio para los sacerdotes, con jornadas en distintos puntos del país y respondiendo al llamado del Papa Benedicto XVI, en el Año Sacerdotal.

Señaló que la permanencia en esta zona, ha sido una semana de estudio con sacerdotes desde Arica a Punta Arenas, quienes han visto la necesidad de crecer y renovar sus formación, con el estudio de las sagradas escrituras, en este caso, la Carta de los Romanos. "Esto nos ha hecho tanto bien y ha permitido fortalecer nuestra comunión entre los sacerdotes de tantas y distintas zonas del país y de distintas edades. Hemos llegado hasta aquí para rezar y orar", subrayó.

Agregó que a los sacerdotes les da mucha fuerza celebrar la eucaristía en Lota. "Sabemos que es una zona que ha tenido un enorme esfuerzo, y en que las cosas no se les han dado fáciles. Por eso, nos alegra estar del lado de ustedes, que sabemos que han vivido en condiciones muchas veces extremas, porque Lota es algo significativo para Chile, enseñándonos a afrontar las dificultades de la vida", afirmó.

Luego, en su mensaje, puso énfasis en que la Iglesia es una gran familia, que supera los ámbitos de una parroquia o de una diócesis. "Somos una gran familia a lo largo de la historia de Chile. Nosotros lo sentimos de Arica a Punta Arenas. Esto tiene que darnos mucho ánimo y esperanza para seguir aportando a nuestra Patria más allá del Bicentenario con valores permanentes, claros y necesarios, valores de la vida y del amor, siempre pregonando, aunque algunos creen que están superados", remarcó.

Destacó que la formación y el estudio que realizan los sacerdotes apuntan a cumplir un mejor servicio para las comunidades de la Iglesia. "Cada sacerdote quiere ser servidor de su pueblo; como pastores quieren dar la vida por sus ovejas y es por eso que queremos prepararnos para servir mejor a ustedes", recordó.

Finalmente expresó que la misa en Lota, se celebraba en el contexto de la fiesta del Rosario, "un signo de una gran victoria" y llamó a expresar el aprecio y amor a la Virgen. "Como sacerdotes tenemos una gran esperanza en la Virgen; de ella esperamos que fortalezca nuestra vocación y nos coloque a la altura de los deberes que nos toca enfrentar. Ella nos enseña que el rosario es una herramienta poderosa en nuestras manos para hacer el bien y triunfar sobre el mal y el egoísmo", concluyó.

Los sacerdotes al terminar la eucaristía,pasadas las 21 horas, regresaron en procesión hasta el colegio Niño Jesús, en medio del aplauso de las personas que se apostaron en el trayecto, para manifestarles con alegría el aprecio y cariño, gritando ¡Vivan los sacerdotes! ¡Viva la Iglesia!