Una obra de teatro representada por los propios seminaristas; la misa, presidida por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, y un almuerzo de fraternidad fueron los actos principales con que el Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios de Santiago celebró sus 425 años de existencia.
La celebración contó con la participación de los tres obispos auxiliares de Santiago: Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Monseñor Andrés Arteaga y Monseñor Fernando Chomali. También asistieron vicarios zonales y ambientales; numerosos sacerdotes y diáconos.
Pastores misericordiosos
El Cardenal Errázuriz, en su homilía, destacó el mandato de misericordia citado por los textos de la misa de este lunes 5 de octubre. Señaló que el mandamiento del amor al prójimo "nos habla de nuestra propia vocación" y que "los hombres que quiere formar el seminario como sacerdotes de Jesucristo quieren ser instrumentos, hombres de misericordia".
Luego, enumeró varios pasajes del evangelio en los que Jesús siente compasión por la multitud que lo seguía. En uno de esos casos, compasión porque estaban "como ovejas sin pastor". Al respecto, señaló que en el ministerio sacerdotal se juega algo muy importante, como ser "instrumentos de misericordia, pastores compasivos. En el fondo se juega la imagen de Dios. O sea, si en nosotros, que estamos llamados a ser imágenes de Dios y vivir a imagen y semejanza de él no se encuentra al pastor bueno, al pastor de misericordia, tendrán dificultad de darse cuenta de quién es Dios; si se opaca el rostro de Cristo y si se opaca el rostro de Dios en nosotros, no damos la impresión de una misericordia hasta el extremo para poder reflejar a Aquel cuya misericordia es misteriosa y es infinita".
Sacerdotes para el presente
Monseñor Fernando Ramos, rector del Seminario, señaló que este aniversario lo viven "con mucha gratitud y espíritu de alegría, porque son 425 años. Es una de las instituciones más antiguas de todo nuestro país, no solamente de la Iglesia. En esta historia tan larga hemos visto muchos dones y beneficios de Señor".
Respecto de esos dones, destaca primero la continuidad de "una institución que ha estado preocupada de formar sacerdotes para la Iglesia en Chile" y, en segundo lugar, "la fidelidad a la historia, ver cómo buscar los mecanismos y los medios más adecuados para formar sacerdotes para el continuo hoy, que se va renovando".
La responsabilidad de la historia
El seminarista Fernando Valdivieso, del tercer año de teología, señaló que en el seminario "he descubierto cómo toda mi vida ha estado teñida de este llamado del Señor. Hubo un tiempo en que lo escondí un poco, no lo quería escuchar, pero me he dado cuenta que era la voz constante y más profunda que estaba en el corazón, cuando de verdad me preguntaba qué quería a hacer de mi vida, vi que el Señor me llamaba a entregar la vida aquí, junto a él. Lo descubrí especialmente en la misa, en el trabajo con los más pobres, yendo a entregarles un café en la noche, y en las misiones. Mi vocación surgió en la Universidad Católica, donde yo estudiaba".
Respecto de este aniversario, dijo que "es una responsabilidad grande. Estamos celebrando el Bicentenario de nuestra patria, que nos alegra mucho, y me sorprende descubrir que tenemos 425 años de historia, o sea, más del doble. Es una responsabilidad muy bonita, somos parte de una historia muy grande y este momento queremos vivirlo fielmente".
Christofer Pinto, que está terminando la filosofía y el próximo año inicia su año pastoral, expresó que será "un año fundamental para nuestra vocación", por el hecho de tomar contacto con una parroquia, con la gente, una oportunidad formación pastoral en terreno.
Acerca de este aniversario, indicó que "somos herederos de un seminario de más de cuatro siglos, una gran responsabilidad también, porque hemos tenido una formación de muchos sacerdotes, obispos y nosotros somos continuadores de esta historia".
Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl
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