lunes, octubre 10, 2011

: Opinión sobre el Plebiscito





 

 
Plebiscito por la Educación: etimología y escucha de la  Plebe.
 
El término plebiscito viene sonando con reiterada y persistente fuerza en Latinoamérica, al menos en la última década. Asimismo últimamente ha  aparecido también en África a propósito de regimenes dictatoriales y del movimiento de la primavera árabe. También ha salido a relucir en territorios comunales a propósito de la instalación de proyectos medioambientales.
 
 
Por ello es interesante recurrir a la etimologia. Entonces redescubre algo muy potente. El término viene del latín "plebiscitum". Que es llamada ó convocatoria a la Plebe. Es decir a los plebeyos.  En definitiva si seguimos las clases sociales  romanas es cuando "los patricios" (los empoderados) escuchan lo que dicen el pueblo.
 
 
Y esta es una tarea muy pendiente en la sociedad chilena. Se han realizado notable cambios en el país sin consultar a las bases ciudadanas. De allí que al parecer una parte de esos cambios sociales-económicos sean rechazados como la privatización y el lucro en la educación superior.
 
EL plebiscito por la educación es urgente por esto.  Las grandes mayorías que son las que sufren los cambios sociales  negativos; fundamentalmente porque les resiente sus presupuestos familiares. Y ejemplos son muchos. Irónicamente padres de familia deben privilegiar algún hijo para que estudie primero y los otros deben esperar.
 
 
El resultado del plebiscito por la educación realizado hace poco a través de voto presencial y virtual arrogó preliminarmente que un 95% de la población desea educación gratuita.
 
Ahora bien el Gobierno de Turno, del Presidente Piñera, ¿qué tan  disponible está para escuchar a la Plebe? ó ¿se continuarán construyendo decisiones sobre la Educación Pública en cuatro paredes y sólo con expertos como tecnócratas?
 
No se puede olvidar, por ejemplo,  a las miles de madres solteras que educan a sus hijos a través  de grandes sacrificios tienen mucho que aportar. No serán expertas en macroeconomía y políticas educativas, pero sí saben de educación y economía doméstica en el fragor de financiar los estudios de los hijos, con sueldos extremadamente precarios.
 
En definitiva, no sólo los Patricios piensan; la Plebe también.


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