martes, diciembre 29, 2009

LOs diaguitas de Huasco Alto


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Los Diaguitas del huascoalto


"...Ya entre las montañas, en una grieta continental permanece de los tiempos precolombinos el reducto indio Guasco Alto, cuyos habitantes conservan el color y las facciones de los americanos primitivos, aunque olvidaron ya el idioma y las costumbres antiguas..."[51].

5.1. Los Diaguitas del Valle del Huasco

Las tierras diaguitas en el valle del Huasco, no estuvieron exentas de conflictos durante la colonia, puesto que en varias ocasiones debieron defender sus dominios territoriales del interés de los invasores por utilizar sus tierras. A mediados del siglo XVIII, los representantes del poder colonial trataron de establecer villas y asentamientos de población española, disponiendo para ello de las tierras diaguitas intentando relocalizar a los indígenas en el pueblo de indios de Paitanas, ubicado en el curso medio del río Huasco, sin respetar la propiedad indígena constituida sobre la base de la legislación colonial. Fue así como los diaguitas del Pueblo de Indios de Huasco Bajo, enfrentaron los designios del corregidor general Antonio Martín de Apeolaza que ordenó la fundación de la villa de Huasco Bajo y de la parroquia de Santa Rosa del Huasco, instruyendo que los diaguitas debían agregarse al pueblo de indios de Paitanas, que implicaba su traslado y pérdida de las tierras. Los diaguitas se opusieron a los intentos de corregidor e iniciaron un juicio en 1755. Los españoles trataron de demostrar que la fundación de la villa no perjudicaba las tierras de los diaguitas, planteando que sus tierras alcanzaban las 600 cuadras -936 hectáreas- y que a la fecha en el pueblo de Huasco Bajo existían 60 tributarios y 12 reservados. Los alegatos y defensas de las tierras exigidas por los diaguitas, no fueron escuchadas por las autoridades hispanas y el Fiscal de la Audiencia José Perfecto Salas no dio crédito a los alegatos indígenas, para autorizar la fundación de la Villa: "(...) ni ay indios ni ay nada recio, que todas son quimeras, que sobran tierras para esta Villa y para otras muchas como sucede en todo el reino que faltan pobladores..."[52].

La extensión de las tierras de los indígenas del Valle del Huasco durante la colonia, se ubicaba en tres asentamientos a lo largo del valle, uno cercano a la costa, otro en el sector centro y otro en la cordillera, los que se denominaban Huasco Bajo, Paitanas (-Vallenar- y Huasco Alto, respectivamente. En 1789, la extensión de estos pueblos era la siguiente: Huasco Bajo tenía 280 cuadras -436,8 hectáreas-, sin embargo no se tienen más antecedentes de Paitanas y Huasco Alto, excepto que esta última "... es considerada por compuesta en más de 30 leguas hasta su confín, que es el pie de la cordillera...."[53].

La superviviencia de estos pueblos de indios se debía -entre otras razones- a la actividad económica que desarrollaban, en especial de cultivos agrícolas lo que les permitió pagar el tributo a la Corona. Los pagos de tributo de los pueblos de indios de Huasco Bajo y Huasco Alto en 1795 a 1797 eran "... en legumbres, trigo, higos y cebada". La importante actividad económica estaba asociada a la extensión de los terrenos de cordillera y de valle que poseían en el río Tránsito o río de los indios, que abarcaba desde la entrada hasta los confines del pie de la cordillera. En 1789 se señalaba por el Subdelegado de Huasco, Martín Gregorio del Villar que: "(...) la principal ocupación de los naturales es la labranza y pocos a las minas. Los que más se distinguen en este ejercicio son los de Guasco Alto pues con sus cosechas abastecen en mayor grado a este partido, vien que lo facilita también la estención de su terreno (...)"[54].

5.2. El territorio huascoaltino

En la cordillera de la III Región, provincia del Huasco, pasando el poblado de Alto del Carmen se inicia un desfiladero entre montañas que penetra aguas arriba por el río Tránsito, conocido también como río de los indios o naturales en el siglo XIX y por el nombre de Paitanasa desde tiempos precolombinos[55], lugar donde por siglos se refugió un contingente indígena del pueblo diaguita que habitaba el valle del Huasco.
Recientemente, en 1997, el Estado chileno ha reconocido la propiedad de la tierra a varias familias descendientes de los antiguos indígenas, los que después de largos años han regularizado la propiedad territorial de 395.000 hectáreas, comprendidas en tres estancias de cordillera denominadas Huascoaltinos, Chollay y Valeriano, las que poseían sus habitantes como dominio regular e inscrito desde principios de siglo[56]. Estas tierras abarcan toda la cuenca del río Tránsito y sus afluentes, el río Conay, Chollay y Valeriano, desde la zona de confluencia en el río del Carmen hasta el límite con la república de Argentina[57], que corresponde a un territorio que desde tiempos coloniales se denomina como Huascoalto y que constituyó un asentamiento pretérito de la cultura El Molle; Las Animas y reducto de indios diaguitas desde la colonia[58].

El reducto huascoaltino, formado como pueblo de indios, si bien quedó desde el inicio del período colonial segregado del valle más fértil y ancho Alto del Carmen a San Félix, mantiene en su interior pequeñas porciones de tierras que permiten la pequeña producción agrícola complementaria de la ganadería doméstica, caza y recolección. De tal manera que cuando se habla de reducto indígena, se está diciendo que no es un territorio autárquico o cerrado, sino que de acuerdo a los antecedentes documentales y testimoniales, indican que desde épocas muy tempranas este reducto indígena se ha articulado y conectado en distintas direcciones con pisos ecológicos diferentes y áreas de intercambio intra e inter-regionales, lo que explica en parte la permanencia histórica como reducto indígena. La memoria de los huascoaltinos aún recuerda los largos viajes realizados en el siglo pasado para traer ganado desde Argentina, llevar pescado seco desde Paposo, o viajar a las ferias anuales de Huari en Bolivia[59].

En efecto, se puede apreciar que las relaciones con los espacios circundantes del reducto indígena huascoaltino son múltiples: por el Norte con la cuenca formativa del río Copiapó a través del valle del río Manflas, subiendo desde el poblado Conay hasta la cabecera del río Cazadero, atravesando un portezuelo de 4.070 m.sobre el nivel del mar. Por el Este se atraviesa al Noroeste Argentino por el paso Conay que endilga por el norte hacia las provincias de Salta y Tucumán, y por el paso de Chollay que baja hacia la provincia de La Rioja y San Juan. Por el Sur, se enlaza por medio de la Quebrada de Pinte, trasponiendo la sierra de Tatul hasta el río Carmen o directamente desde el sector de la Junta, se remonta el río del Carmen hasta enlazar con la cordillera de Doña Ana que tributa a la cuenca alta del río Elqui. Y por el Oeste, se conecta con el valle del Huasco medio y bajo hasta la zona costera[60].

Las relaciones geográficas descritas, permiten suponer la importancia de este territorio para las culturas indígenas originarias -Molle, Las Animas y Diaguita- pues en los mismos lugares en torno al río Tránsito y las cuencas del Chollay y Conay donde se encuentran los asentamientos permanentes y temporales de la población actual, presentan continuidad desde tiempos precolombinos, como lo atestiguan los sitios arqueológicos denominados Pinte, asociado al complejo de la Cultura El Molle y Chanchoquín Chico, Juntas de Valeriano y Paso de la Flecha pertenecientes al Complejo Las Animas. Estos últimos sitios localizados en lugares de ocupación temporal, se encuentran muy a la cordillera en zonas utilizadas sólo en verano. La coincidencia en la continuidad de la ocupación se explica por el carácter de movilidad y las relaciones económicas de intercambio interregionales que jugaron un rol de complementariedad ecológica con los recursos existentes en el intraterritorio huascoaltino.

5.3. La descendencia Diaguita

En la actualidad la población que se identifica con el nombre de Huascoaltinos, se localiza en asentamientos tradicionales de larga data a lo largo del río Tránsito, donde se encuentran los poblados y localidades llamadas: Juntas, La Marquesa, El Olivo, Chihuinto, Las Pircas, Alto Naranjo, Los Perales, Chanchoquín, La Fragua, La Arena, La Junta de Pinte, La Pampa, Conay, San Vicente, Junta de Valeriano y Albaricoque; cada una con agrupaciones de pocas viviendas. Allí se encuentran sus moradores ancestrales, como las familias Campillay -principal linaje-, Tamblay, Eliquitay, Cayo, Pauyantay, Seriche y Liquitay[61], compartiendo con otras provenientes de Argentina desde el siglo pasado, ya sea de algún criancero-cateador que se quedó a vivir entre esos angostos valles y cerros[6].
La primera evidencia de la adscripción étnica diaguita de las familias huascoaltinas, son sus apellidos. Estos se conservan desde siglos atrás y mantienen uno de los apocope distintivo de la lengua kakán: la terminación "ay". Para Nardi[63], una de las características típicamente kakán, aunque no exclusiva de estos apellidos indígenas, es la terminación "ay", la que constituye una evidencia para la identificación de los diaguitas del noroeste argentino. Esta terminación dialectal o desinencia, también se encuentra presente en los apellidos y vocablos históricos de los primeros pobladores de los valles de Copiapó, Huasco, y Elqui y específicamente en el huasco alto[64]. Para Latcham, los apellidos de estos indígenas constituyeron una evidencia irrefutable de su pertenencia a la cultura diaguita en tiempos históricos, indicando que los apellidos encontrados en los archivos parroquiales aún son usados por sus descendientes:

"La semejanza y a menudo la identidad de los apellidos es todavía más concluyente (para denominarlos Diaguitas chilenos). Entre aquellos que se han sacado de los antiguos registros parroquiales de Copiapó, Huasco, y La Serena, hallamos muchos que son iguales a los de igual procedencia argentina. De los que todavía se usan en las provincias en cuestión, podemos citar: Albayay, Abancay, Calchin, Campillay, Caymanqui, Chanquil, Casmaquil, Chavilca, Chapilca, Chupiza, Liquitay, Pachinga, Lainacache, Payman, Quilpitay, Quismachay, Sapiain, Talmay, Talinay, Tamango, Salmaca, Chillimaco, etc." [65].

Refuerza la adscripción diaguita de los apellidos huascoaltinos, el análisis comparativo de la desinencia "ay " también encontrada en un documento referido al pueblo de Diaguitas en el valle del Elqui, donde el 16 de noviembre de 1764 el maestro de Campo Vicente Cortés, de más de 80 años de edad, nombraba a los caciques y familias cuyos apellidos son Angulay, Zaranday y Guengulay, todos habitantes de los pueblos de Tuquí, Pama, Lumí, pertenecientes al valle de Diaguitas en el Elqui[66]. Igualmente es necesario observar que el apellido Alballay o Aballay, extendido en la zona de Taltal, aparece registrado en el archivo parroquial en el año 1885. En el año 1680 aparece como don Pedro Aballay cacique y mantiene su vigencia y cargo este linaje en la zona de Malfines de Catamarca, difundiéndose después en el lado chileno.

Ricardo Latcham, aunque no nombra la terminación "ay" en su argumentación acerca de las evidencias lingüísticas kakan, que permiten llamar a los indígenas del lado chileno también como Diaguitas, sí nombra otras complementarias referidas a topónimos: "... a ambos lados de los Andes, encontramos nombres de lugares que terminan en gasta o su apócope ga, il, til, qui, quil, ama o cama, ao, ahoho, mar, alá, etc." En la zona Huasco altino, la evidencia lingüística es un elemento de importancia para el análisis comparativo de numerosos topónimos diaguitas y de otras lenguas. La terminación "ay" también se presenta en la toponimia como 'Conay' y 'Chollay' referidos a poblados, ríos y pasos cordilleranos. Otros topónimos diaguitas de este territorio son Colimay -Cerro y afluente de la quebrada Chanchoquín-, Chanchoquín -Cerro, paraje asociado a minerales-, Pachuy o Pochay -río Huascoaltino-, Tatul -cordón cordillerano- y Pinte –Quebrada-.

Las evidencias de la continuidad de los apellidos diaguitas a través de la terminación dialectal kakana "ay" en el área del Huasco, se remonta al período colonial. Así en 1535 aparece como señor del Huascoalto el cacique Mercandey (ay) y su hermano en la parte baja. En 1540, tras la muerte de los primeros, aparece el cacique Sangotay como cacique del Huasco[67]. En el siglo XVII, aparece el apellido Saguas como cacique mandón del Huasco alto y en el mismo siglo en los archivos parroquiales, se señala para el valle del Huasco los apellidos Quilpatay, Chuñe, Yallique, Cangas y Saguas.

Las noticias de Domeyko se referían a los moradores de las tierras, es decir a los antepasados directos de las actuales familias huascoaltinas. Ya a fines del siglo XIX en las parroquias de Alto del Carmen y San Félix, se registraban algunos de los apellidos diaguitas que aún se conservan y se reconocen actualmente entre los huascoaltinos, especialmente los nombrados en las escrituras notariales de principios de siglo. La continuidad pretérita se verifica en los registros de las parroquias de San Félix y Alto del Carmen, circundantes al territorio huascoaltino. En efecto, en la Parroquia del Tránsito entre los años 1887 y 1889, se anotan los siguientes apellidos: Campillai, Luincara, Lucuima, Liquitay, Cayo, Pauyanta o Payanta, Cayo, Puilpalay o Puilpatay, Bordón. Para la parroquia de Alto del Carmen en el año 1886, se encuentran los apellidos Campillai, Lucuime, Liquitai y Paquilicuime[68].

Es necesario señalar que esta continuidad territorial en el reducto diaguita huascoaltino, debe haber tenido una dinámica interna de permanencia y relevo de población indígena, debido a que siendo un lugar de tránsito interandino e incluso refugio de otras familias indígenas provenientes de otros valles, no pudo estar exenta de recibir nuevos moradores, pero siempre con el consentimiento de quienes eran los amos y señores de las tierras: los diaguitas huascoaltinos[69].


[51] Domeyko, Ignacio. Mis viajes.... Op. cit.
[52] M.M, tomo 185, N° 4177. Silva, Fernando. Tierra y Pueblos de Indios en el Reyno de Chile. Editorial Universidad Católica. Santiago. 1962. p. 154.
[53] CG, Vol. 501, N° 6395. Silva, Fernando.. Tierra y Pueblos de Indios en el Reyno de Chile. Editorial Universidad Católica. Santiago. 1962. p. 195.
[54] CG, Vol. 556, N° 6842.
[55] El topónimo es asociado por Strube probablemente a la lengua Kakán hablada por los diaguitas. Señala en su artículo: "Paitanas, cabecera del Huasco, río del Tránsito o río de los indios (ya que el río del Carmen es de los Españoles). Tiene otro topónimo afín en Catamarca (Noroeste Argentino, antiguas provincias diaguitas) donde la depresión de Paitas (...). (Strube H, León. "Toponimia de Chile Septentrional (Norte Chico y Grande)". Publicaciones del Museo y de la Sociedad de Arqueología de La Serena. Boletín Nº 10. La Serena. 1959. p. 6.

[56] Las escrituras de propiedad que avalan la superficie territorial, son las de Estancia de los Huascoaltinos adquirida por prescripción a Fojas 31 Nº 49 del Conservador de Bienes Raíces de Vallenar de 1903; Estancia Torres y Paez a Fojas 11, Nº 6 del Registro de Propiedad de 1945 y Estancia Jarillas.
[57] Ver informe preparado por la Consultora INAS, Ingenieros Asociados para el Ministerio de Bienes Nacionales, sobre análisis Jurídico y Mensuras de las Estancias de Huascoaltinos, Chollay y Valeriano. Copiapó 1996.
[58] El censo de Pueblos de Indios realizado por el Obispado de Santiago en 1795, señala la presencia de 3.306 habitantes indígenas que se reparten en los pueblos: Huasco Alto y Bajo, San Fernando de Copiapó, Choapa, Tambo, Marquesa Alta, Molle, Poya, Guamalata, Tuquín, Sotaquí y Combarbalá. (Manuscrito Sala Medina. Biblioteca Nacional, Volumen 329; ff.434-435).
[59] Manríquez, Viviana y José Luis Martínez. "Investigación Etnohistórica del Estudio Diagnóstico de la Población Colla de la III Región. (Preinforme Final)". Sur Profesionales Ltda. Departamento de Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Santiago. 1995.
[60] Es necesario trabajar el tema de las conexiones territoriales diaguitas y de las culturas pretéritas, a partir de las relaciones geográficas existentes en el territorio huascoaltino. Como hipótesis, el Sr. Raúl Molina plantea que la difusión y conexiones económicas de las culturas El Molle, Las Animas y Diaguitas prehistóricas, las tuvieron en los valles cordilleranos que eran las principales zonas de comunicación e intercambio. La zona del Huasco Alto, era un área de articulación territorial, no sólo para el sector del noroeste argentino, sino también hacia las cuencas del río Copiapó y Elquí, en especial la caída desde Conay hacia el valle del río Manflas que desemboca en la Iglesia Colorada y, la llegada por el sur a la cuenca del valle del Elqui y caída a la cuenca alta del Elqui de los sitios arqueológicos y asentamientos de valles altos que, fue predominante por la disponibilidad permanente de recursos hídricos, mayor biodiversidad que el sector costero (vegetación, fauna) y microclimas favorables para las actividades de caza, recolección y agricultura.
[61] Es interesante resaltar un testimonio de los valles Calchaquí del noroeste argentino, que reconoce la vinculación ancestral de los diaguitas, porque se está en presencia de la misma familia de apellidos kakan, de los cuales emana la fuerza ancestral de apellidos terminados en la misma desinencia "ay", típicamente diaguita. Dice el investigador Augusto Cortazar: "Uno de ellos, el moto Carpanchay, cuyo solo apellido es una evocación ancestral..." (Cortazar, Augusto. El Carnaval en el Folklore Calchaquí. Editorial Sudamericana.. Buenos Aires. 1949. p.. 68).
62 En el caso del asentamiento de Valeriano, los habitantes de Huasco alto dicen que fue fundado por las familias Campillay, Villegas y Bordones... "los Bordones esos eran netos argentinos, a esos les decían los cuyanos cuando llegaron aquí", sentencia Jorge Campillay (Cassigoli, Rossana y Álvaro Rodríguez. "Investigación Antropológica del Estudio Diagnóstico de la Población Colla de la III Región. (Preinforme Final)". Sur Profesionales Ltda. Departamento de Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Santiago. 1995).
Bordon es un apellido muy común entre las comunidades collas de la cordillera de Copiapó y Chañaral (Molina, Raúl y Martín Correa. "Informe sobre la ocupación territorial de las comunidades collas de Río Jorquera, Quebrada Paipote y Potrerillos". Grupo de Investigación TEPU. Santiago. (ms.). 1996. Y de los mismos autores: "Informe de solicitudes de tierras de Fondo de valles (vegas, aguadas, campos de pastoreo) para las comunidades collas Río Jorquera, Quebrada Paipote y Potrerillos. Santiago. (ms.). 1997. Y también en el Huasco, el apellido Bordon es reconocido como indio en los archivos de la parroquia del Tránsito en el año 1895. Además es necesario advertir que las migraciones argentinas se relacionaron con el auge minero de mediados del siglo XIX y que provocaron un influjo de población colla para el trabajo de arriería, cuidado de animales y abastecimiento de leña.
[63] Nardi, Ricardo. "Observaciones sobre los nombres..." Op. cit.
[64] Sayago, Carlos María. Historia de... Op. cit.
[65] Latcham, Ricardo. "Los indios antiguos..." Op. cit.: 894, 895.

[66] Téllez, Eduardo. "El Pueblo de Diaguitas". Proyecto Fondecyt Nº 193-0311. Folleto Publicado por la Carrera de Pedagogía en Historia y Geografía. Universidad Católica Blas Cañas. Santiago. 1995.
[67] Bibar, Gerónimo de. Crónica y relación copiosa Op. cit. Hidalgo, Jorge. "Culturas Protohistóricas del Norte de Chile". Cuadernos de Historia Nº 1. Santiago. 1972.
[68] Manríquez, Viviana y José Luis Martínez. "Investigación etnohistórica..." Op. cit.

[69] A fines del siglo XVIII, la fuga de indios que servían en las minas de Copiapó hacia el valle del Huasco, fue una situación difícil de manejar para los mineros de Copiapó, quienes en julio de 1780 envían una representación a las autoridades hispanas para que pongan fin a las fugas de peones mineros desde los obrajes y castiguen a los que lo acogen, regulando la actividad de prestación y contrato de trabajo, advirtiendo que cesan en el pago de tributo a las arcas de la Real Hacienda. "...nos vemos obligados a representar a V.M. la dificultad de continuarlo por el desorden de los peones en quienes crece cada día la insolencia, y falta al cumplimiento de sus obligaciones". Quienes los acogen por "amistad o interés en su servicio", se ubican en el valle del Huasco, y los mineros solicitan que se debe hacer tomar razón a los tenientes de dicho lugar de las ordenanzas del Reino; "... Lo que se debe ejecutar con los que hacen fuga y pasan a otros minerales, cuya observancia importaría se mandare bajo de responsabilidad a los Tenientes del Guasco que es Asiento de la jurisdicción de V. M. a que suelen transportarse". Respecto de las penas propuestas para los infractores se hace diferencia entre indígenas (diaguitas) y españoles: "Mayor castigo merecen los que encubren a dichos peones en los ranchos y haciendas, y convendría se publicase también la Ordenanza que prohibe consentirlos por más tiempo de una hora, ni aún con título de alojamiento, mandando a V.M. que todos y cualesquiera persona inclusos los mayordomos de haciendas, y fincas tengan particular cuidado en despedirlos, y que en caso de resistirse los referidos peones, avisen prontamente a la justicia, que deberá enviarlos a la cárcel de esta villa (Copiapó), para que se les den cincuenta azotes en el Rollo, quedando sujetos a igual pena los que no cumpliesen con dicha despedida, y aviso, salvo si fuesen españoles, que se les impondrá una multa competente." (Jara, Álvaro y Sonia Pinto. Fuentes para la historia Op. cit.: 215, 216).
La ordenanza solicitada por los mineros, fue motivada por la pérdida de la escasa mano de obra indígena disponible para el trabajo minero y por los incumplimientos de contratos, prefiriéndose los indígenas arrancarse hacia lugares de faenas agrícolas y mineras ubicadas fuera del valle de Copiapó, en especial hacia el valle del Huasco. La solicitud de los mineros de Copiapó fue respondida por el Bando Dictado en La Serena el 11 de marzo de 1795, que aunque tarde dio acogida a lo solicitado en 1780.


Atte.


P.MAURICIO ARANCIBIA PORTILLA
VICARIA DE EDUCACIÓN Párroco de Santa Cruz
 MIembro Oclacc
Vallenar   DIÓCESIS DE COPIAPÓ
 CHILE
09-94080178




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5 comentarios:

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