sábado, septiembre 19, 2009

Calendario Hebreo, a propósito del 14 de NIsán




 

 

Calendario Hebreo:

Se basa en el calendario lunar. El mes lunar, es de aproximadamente 29 1/2 días. Doce meses lunares tienen 354 días.
El ciclo lunar es 11 días y un cuarto más corto que el año solar,  esa diferencia genera  en tres años un incremento de un mes, por ese motivo cada dos o tres años se añade un mes al calendario. Ese año tiene dos meses llamados Adar.

 

Aniversario Atentado Embajada de Israel    17 de Marzo
Aniversario Atentado a la AMIA 18 de Julio

Festividad

Calendario Judío

Rosh Hashaná 1 y 2 de Tishrei
Yom Kipur: 10 de Tishrei
Sucot: 15 de Tishrei
Sheminí Atzeret: 22 de Tishrei
Simjat Torá: 23 de Tishrei
Janucá: 25 de kislev
Tu Bi-Shevat: 15 de Shevat
Purim: 14 de Adar
Pésaj: 15 de Nisán
Yom Hashoah: 27 de Nisán
Yom Haatzmaut: 5 de Iyar
Lag Baomer: 18 de Iyar
Shavuot: 6 y 7 de Siván
Tishá Be Av: 9 de Av
 

EL CALENDARlO HEBREO

Ya el primer capítulo de la Biblia nos cuenta que cuando Dios creó las diversas luminarias del cielo - el sol, la luna, las estrellas su intención era que estos astros sirvieran para indicar la marcha del tiempo: "Para distinguir entre el día y la noche, y que sean por señales y fechas, para días y años" (Bereshit - Génesis 1.14).

Más tarde fue creado el hombre, y desde aquella lejana época hasta el presente, se cumple al pie de la letra ese propósito divino: la medida del tiempo y la división del mismo, es calculada por el hombre a partir de los diversos fenómenos celestes (la salida y puesta del sol; la luna y sus fases, la tierra y sus órbitas, etc.).

Los grandes astrónomos del antiguo Medio Oriente fueron los babilonios, y de ellos adoptó el pueblo judío buena parte de los elementos que integran hoy el calendario hebreo. Este aprendizaje se inició con el exilio que, por la fuerza, llevó a muchos miles de judíos como prisioneros de guerra hacia Babilonia, después que Nabucodonosor, el rey de ese país, destruyera el Templo de Jerusalén en 586 a.C. (antes de la era común).

En la época bíblica previa a ese funesto acontecimiento, los antiguos hebreos tenían un calendario diferente. Los nombres de los meses no eran los que usamos hoy, y sólo esporádicamente hay esparcidas a lo largo del texto algunas referencias al mismo, insuficientes para poder reconstruirlo con exactitud: Además, las edades que algunos libros de la Biblia atribuyen a diversos personajes (por ejemplo, al famoso Metushélaj o Matusalén, que vivió 969 años, según Bereshit - Génesis 5.27) nos llevan a sospechar que la unidad "año" con que se midió su edad, fue diferente - mucho más corta - de la que usamos hoy.

Tal como quedó establecido hasta el presente, la unidad básica del lúaj, el calendario judío, es la semana que culmina con el día Shabat o sábado, y el mes lunar que comienza a contarse a partir de cada novilunio. Ya la misma etimología de los dos vocablos hebreos que usamos para expresar la idea de "mes" nos señala ese vínculo con la luna nueva: jódesh (de jadash, "nuevo") o iéraj (de iaréaj, "luna").

El mes lunar - este tiempo que media entre una luna nueva y la que le sigue - es de 29 días y medio, aproximadamente, y el inconveniente de la fracción se supera fijando en el calendario hebreo 30 días para algunos meses, y 29 para otros. El día en que comienza un nuevo mes se llama Rosh Jódesh, "cabeza de mes". Cuando el mes precedente tuvo 30 días, se celebran como Rosh Jódesh este último día 30 y el día 1' del mes que sigue, vale decir, dos días. En tiempos antiguos, Rosh Jódesh daba lugar a festejos especiales en el pueblo de Israel; hoy día se lo rememora más modestamente, sólo con ciertas oraciones especiales que se recitan en la sinagoga.

El total de 12 meses lunares suma 354 días y medio, vale decir que el año lunar es unos 11 días más corto que el año solar de 365 días y fracción que contamos en el calendario gregoriano o común.

Las cuatro estaciones del año, y su repercusión en la Naturaleza y en la agricultura (primavera, verano, siembra, cosecha, etc.) se rigen por el calendario solar.

Por otra parte, la Biblia establece que por ejemplo Pésaj, la fiesta que evoca el éxodo de los hijos de Israel de Egipto, debe celebrarse en el "mes de la primavera" (Shemot - Exodo 23.15).

Si se dejara acumular varios años seguidos esa diferencia de 11 días y fracción entre el año lunar y el solar, nos encontraríamos un buen día con que al cabo de cinco o seis años, por ejemplo, Pésaj estaría alejado 55 0 66 días de la primavera del año solar, es decir que se lo celebraría en pleno invierno.

Para evitar semejantes distorsiones, nuestros sabios han ideado un sistema por el cual, con los once días "superfluos" del año lunar con respecto al solar, cada tanto se integra un nuevo mes, Adar Bet o Adar Shení (el segundo mes de Adar), que se añade a los otros doce del calendario judío.

De tal modo, resulta que algunos años hebreos son embolismales (mal llamados "bisiestos" por algunos), o sea que cuentan con 13 meses en vez de 12. El sistema completo de coordinación entre los dos calendarios está organizado en ciclos de 19 años solares o gregorianos, durante los cuales 7 años lunares o judíos llevan ese agregado de un mes más. Y al cabo de cada 19 años, vuelven a coincidir - a veces, con la diferencia de un solo día - una fecha gregoriana con su correspondiente fecha hebrea, tal como en 1986 coincidió el 5 de Iyar, Día de la Independencia del Estado de Israel o Iom Ha-Atzmaut, con el 14 de mayo en que esta independencia fue proclamada en 1948, vale decir, 38 años atrás, dos veces el ciclo de 19.

Para la iniciación del año hebreo hay dos criterios: según la Biblia, "este mes (el de la salida de Egipto: Nisán, por marzo - abril) os será principio de meses, el primero de los meses del año" (ShemotExodo 12.2). Pero posteriormente la tradición judía ha establecido el comienzo del año en Tishrí (por setiembre - octubre), como se verá al hablar de la fiesta de Rosh Hashaná, por considerárselo el mes en que Dios creó el mundo. El criterio universalista se impuso al criterio meramente nacionalista...

Los nombres Tishrí, Nisán y todos los demás que se verán a continuación en la enumeración de los meses del calendario hebreo, son de origen babilonio. La nómina completa es la siguiente:

TISHRI (30 días) MARJESHVAN o JESHVAN (29 0 30 días) KISLEV (29 0 30 días) TEVET ' (29 días) SHEVAT (30 días)

ADAR (29 días) (Pero 30 días cuando le sigue:) ADAR

SHENI, ADAR BET o VE-ADAR (29 días), el mes agregado del año embolismal.

NISAN (30 días) IYAR (29 días) SIVAN `. (30 días) TAMUZ (29 días) ~ AV (30 días) ELUL (29 días)

Antiguamente era el Sanedrín quien anunciaba el comienzo del nuevo mes, cada vez que, próxima la época de'. novilunio, se presentaban ante sus jueces un mínimo de dos testigos fidedignos que afirmaban haber visto en el cielo la luna nueva.

En tiempos del segundo Templo, cuando parte del pueblo judío ya vivía en la Diáspora de Babilonia, el Sanedrín les comunicaba la noticia del comienzo del nuevo mes mediante el encendido de hogueras en la cúspide de una serie de montañas que se extendían desde Judea hasta la Mesopotamia. Las maderas y los hombres ya estaban preparados desde antes, y apenas se elevaba el primer fuego en un monte cercano a Jerusalén, como en cadena se encendían las otras hogueras y la noticia llegaba bien pronto a los judíos del extranjero.

Más adelante surgieron dificultades en este sistema de transmisión, y entonces se comunicó la noticia enviando mensajeros a los judíos de la Diáspora. °

Y a mediados del siglo IV e.c (era común), cuando el surgimiento del incipiente Cristianismo repercutió en trabas y represalias cada vez más enérgicas contra los judíos por parte de los emperadores romanos, finalmente el Presidente del Sanedrín de aquellos días, Hilel el Segundo reveló en público las normas que rigen el calendario hebreo (y que hasta entonces habían sido guardadas en secreto, de modo que todos los judíos, tanto los de Tierra Santa cuanto los de la diáspora, supieran en el futuro establecer por sí solos el calendario con sus fiestas, sin estar pendientes de comunicaciones del Sanedrín, que a veces no alcanzaba a llegar a tiempo.

Pero una costumbre de aquellas lejanas épocas quedó en pie hasta el día de hoy, y es la del Iom Tov Shení shel Galuiot, el "Segundo día de fiesta de la Diáspora".

Porque en esencia, el problema fundamental de cada nuevo mes judío radicaba en saber si el mes que le precedía había sido de 29 días o de 30, vale decir, si al día 29 le seguía el día 30 del mismo mes, o ya el 1' del mes siguiente. Para cubrir las dos eventualidades, se acostumbraba observar en la Diáspora cada fiesta judía dos días en vez de uno, pues así se tenía la seguridad de que uno de los dos días celebrados, por fuerza tenía que ser el correcto. De ahí la doble celebración de las fiestas en la Diáspora, que veremos al hablar de ellas más adelante. Excepción a esta norma era Iom Kipur, día de ayuno completo: no se podía exigir de los fieles un ayuno de 48 horas.

Y a pesar de que después de la revelación de Hilel ya no quedaban más dudas acerca de la fecha exacta de las fiestas tampoco en la Diáspora, la costumbre del doble feriado en las colectividades fuera de Israel sigue observándose, por tradición, hasta el presente.

Aunque algunas comunidades judías de ideas más avanzadas, consideran, no sin fundamento, que a esta altura del siglo veinte, con sus satélites artificiales y cohetes interplanetarios - y por supuesto, con tablas astronómicas modernas que señalan con precisión de fracción de segundos el instante exacto de la luna nueva de cada mes no hace falta perpetuar las dudas de otrora acerca de nuestro calendario, y su consecuencia: el doble día de fiesta diaspórico. Y por lo tanto, allí se celebran las fiestas judías como en Israel, en los días indicados por la Torá, sin extenderlos a festejos de días dobles.

Otro detalle importante que deben tomar en cuenta quienes establecen, año tras año, nuestro calendario (y los hay ya preparados de antemano hasta bien entrado el siglo XXI) es que cierto tipo de fechas no pueden darse determinado día de la semana. Así, por ejemplo, Iom Kipur, el Día del Perdón, no debe caer nunca en proximidad inmediata de un sábado, es decir, un viernes o un domingo (porque habría que profanar una de las dos fechas para preparar comida en el hogar). Y como consecuencia del 10 de Tishrí (la fecha de Iom Kipur) que no puede darse nunca en viernes ni en domingo, también hay muchas otras fiestas y fechas que tampoco caen en ciertos días de la semana.

Estos últimos, dicho sea de paso, se enumeran en hebreo en coincidencia con los días de la Creación relatados en el primer capítulo de Bereshit-Génesis: lom Rishón, Shem; Shelishí etc. ("Día primero - domingo -, segundo - lunes -, tercero - martes -" etc.) hasta llegar al Shabat o sábado. El viernes (Iom Shishí;"día sexto") también suele denominarse Erev Shabat, "víspera del sábado".

La tradición judía ha rechazado enérgicamente cualquiera otra nomenclatura para los días de la semana, porque todas ellas, en los diferentes idiomas europeos, están vinculadas con el nombre de ciertos astros reverenciados como dioses por los paganos, o con el nombre de ídolos paganos directamente: sunday, Sonntag (el sol)~ monday, lunes, Montag (la luna); martes (Marte); miércoles (Mercurio) etc.

La cuenta de los años es iniciada por la tradición judía con la Creación del mundo relatada en la Biblia. Ha fijado para ello una cronología según la cual al año de publicación del presente libro - entre setiembre de 1986 y setiembre de 1987 - le toca el número 5747. Al año uno de la era común le tocaría el 3760, de modo que cualquier año judío posterior a la era cristiana se obtiene sumando esta cifra con la del año gregoriano (así, p.e., 3760 más 1987 nos da el mencionado 5747); y si es anterior a esa era, hay que restarlo de 3760. Los tres o cuatro meses que van desde Rosh'Hashaná hasta la finalización del año civil el 31 de diciembre, ya hay que contarlos como pertenecientes al año gregoriano siguiente).


 
 
Atte.


P.MAURICIO ARANCIBIA PORTILLA
VICARIA DE EDUCACIÓN Párroco de Santa Cruz
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