jueves, mayo 17, 2012

silencio y palabra: camino de evangelización"

 México, D.F., 16 may.12 (OCLACC).- Luis García Orso, S.J., especializado en cine y espiritualidad, propone el uso del cine para profundizar la reflexión del tema "silencio y palabra: camino de evangelización", escogido por Benedicto XVI, para celebrar la 46ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2012, que se celebrará el 20 de mayo. "Es necesario crear un ambiente propicio, casi una especie de "ecosistema" que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos", señala García Orso, destacando el mensaje del papa y el uso de una buena película para la evangelización.
Aquí el aporte del padre Luis García Orso
"Del silencio brota una comunicación más exigente todavía, que evoca la sensibilidad y la capacidad de escucha que a menudo desvela la medida y la naturaleza de las relaciones. Allí donde los mensajes y la información son abundantes, el silencio se hace esencial para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial. Una profunda reflexión nos ayuda a descubrir la relación existente entre situaciones que a primera vista parecen desconectadas entre sí, a valorar y analizar los mensajes; esto hace que se puedan compartir opiniones sopesadas y pertinentes, originando un auténtico conocimiento compartido. Por esto, es necesario crear un ambiente propicio, casi una especie de "ecosistema" que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos. Gran parte de la dinámica actual de la comunicación está orientada por preguntas en busca de respuestas... A menudo el hombre contemporáneo es bombardeado por respuestas a interrogantes que nunca se ha planteado, y a necesidades que no siente. El silencio es precioso para favorecer el necesario discernimiento entre los numerosos estímulos y respuestas que recibimos, para reconocer e identificar asimismo las preguntas verdaderamente importantes". (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2012)
Sugerencias de películas:
De dioses y de hombres (Des hommes et des dieux, de Xavier Beauvois, Francia, 2010). Basada en un caso real, la película sigue la vida ordinaria de un monasterio cisterciense en las montañas de Tibhirine, Algeria. Los ocho monjes conviven con los musulmanes del poblado, van a sus fiestas, ofrecen servicio médico, cultivan la tierra, venden sus productos en el mercado, rezan, estudian, cocinan, comparten sus alegrías y sus tristezas...La liturgia de sus vidas se va alternando con la liturgia de las horas. Toda su existencia es un acto de consagración a Dios y una apuesta por la hermandad y la convivencia entre hombres de diversas culturas y religiones; es una transparencia de humanidad. Pero la paz del lugar es interrumpida violentamente por las acciones de un grupo islámico extremista que empieza a asesinar a extranjeros. Entonces inicia un proceso hondo y orante de discernimiento.
violines en el cieloViolines en el cielo / Despedidas (Departures, de Yojiro Takita, Japón, 2008). Merecedora del Oscar 2009 y de una veintena de premios, es una muy bella y emotiva película sobre la vida y la muerte, sobre la cercanía y la reconciliación, sobre el destino y la elección, sobre la belleza y la ternura de los pequeños detalles. Eso que quizás vamos perdiendo en el trajín de las grandes ciudades modernas y que necesita aprenderse y practicarse, poco a poco, pacientemente. Ante una visión mercantilista y materialista de la vida y de la muerte, la película contrapone un acercamiento humanista, estético y religioso. De la mano de un viejo experimentado en servicios funerarios, un joven recibirá lecciones de cómo se prepara un cadáver con delicadeza, respeto y belleza, porque la persona se lo merece en su despedida.
el gran silencioEn el gran silencio (Into Great Silence, de Philip Gröning, Francia-Alemania, 2005). El silencio nos hace descubrir la vida contenida en todas las pequeñas cosas del día, repleta de sentido para una comunidad de monjes cartujos de todas las edades entregados al silencio y a la oración. Quizás también para nosotros, si recuperamos el valor de las cosas más simples del día. Parece que nada sucede, y sin embargo, algo muy grande está sucediendo. De principio a fin del documental vemos a hombres arraigados en el silencio frente a un Dios que se acerca, que habla, que siempre está presente, que enamora. Cada uno tiene un corazón de discípulo que escucha y va detrás de Él. En confesión de ellos, Dios es todo Bondad, todo Misericordia, y sólo desea nuestro bien y que seamos felices. En el gran silencio hacemos la experiencia de que así es también para nosotros, de que así es Dios.
La vida secreta de las palabras (de Isabel Coixet, España, 2005). Una película sobre el peso del pasado y la fuerza del silencio como germen y semilla de nueva vida, y sobre cómo la soledad y la auto-reclusión pueden albergar una luz, un atisbo de esperanza. Una esperanza que se gesta lentamente, sin prisa, de un modo real y sin forzarla, al permitir que dos seres humanos se abran poco a poco el uno al otro, casi sin palabras. Una emotiva historia donde un ciego sin ver lo adivina todo, y una mujer sin abrir la boca lo dice todo; dos personajes que han hecho del silencio un enorme diálogo, y son capaces de comunicarse con tanta intensidad y humanidad que a nosotros espectadores nos dejan también en silencio, sin palabras, orantes.
tiempo de vivirTiempo de vivir (Le temps qui reste, de Francois Ozon, Francia, 2005). Relata el proceso íntimo que vive un hombre joven a partir del momento en que le diagnostican un cáncer terminal. Sin atajos para negarse al duelo, aquí se trata de la muerte real, concreta, que se avecina y obliga a pensar qué hacer con el poco tiempo que queda por vivir. Quizás, después de la rabia y la negación, venga la lenta aceptación, la necesidad de hacer las paces con los demás y, sobre todo, consigo mismo. Quizás, ahora que el fin está cerca, pueda aprenderse a reconocer y saborear las mejores cosas de la vida. Bien lejos del melodrama y la sensiblería, el estilo conciso y sobrio del director refuerza la emoción y la hondura de las decisiones personales. No hay lugar para las lágrimas ni para los arrebatos desesperados; sólo para un acercamiento personal interior y silencioso.
El espíritu de la pasión (Bin-jip / 3-Iron, de Kim Ki-duk, Corea, 2004). La libertad de un joven que visita casas temporalmente vacías desvela la vaciedad y falsedad de nuestra sociedad consumista y materialista, simbolizada en las casas, y al mismo tiempo llena de una vida distinta la misma habitación con cada detalle de cuidado, de delicadeza, de ternura, de trabajo, de limpieza, de paz. Cuando el joven encuentra a una joven esposa esclavizada y golpeada, la rescatará y le devolverá la vida con su libertad, su silencio, su ternura. El espíritu de la pasión es un recorrido narrativo de una extraña belleza que devuelve al silencio, a la imagen, a la poesía, al espíritu, a la libertad, el lugar que se merecen en la vida y en el cine.
MAuricio Arancibia POrtilla